En la Caracol, a 100 m antes de llegar a la Simón Bolívar, la calle necesita mantenimiento. Foto: EL COMERCIO
Algunas tienen cráteres de más de 50 cm de diámetro, otras desniveles, fisuras y hasta montículos de tierra que dificultan el paso de vehículos.
En un recorrido por los accesos a barrios como Pisulí, la Roldós, La Comuna, Carapungo, Jardines de Carcelén, La Argelia y Comité del Pueblo, este Diario identificó al menos 15 calles que necesitan mantenimiento urgente.
Frente a ese panorama, el alcalde Mauricio Rodas indicó que el verano es la época adecuada, debido a la presencia del sol, para empezar un cronograma de intervenciones viales con mayor fuerza.
La jornada arranca hoy con obras en la calle Benalcázar, en el Centro Histórico. El trabajo está dividido en dos fases; la primera se extenderá hasta el domingo 27. Por este motivo se restringirá en el tramo entre las calles Oriente y Esmeraldas.
La segunda fase será desde el lunes 28 de julio hasta el domingo 10 de agosto, en el tramo comprendido entre las calles Esmeraldas y Manabí.
Las obras de mejoramiento incluirán retiro del adoquín de piedra, construcción de aceras, colocación de adoquín de piedra antigua y nueva, etc.
En la zona patrimonial, la Benalcázar no es la única vía que necesita intervención. En la Imbabura, tramos de la Rocafuerte, la José López en parte de la Manabí, en la Chile y Cuenca también tienen problemas.
De los cerca de 5 000 km de vías en Quito, en la administración pasada se pavimentaron o repavimentaron 1 500.
Una de las zonas más conflictivas, por ejemplo, es el acceso a barrios como la Roldós y Consejo Provincial, en el norte de la ciudad. Debido a la cantidad de desniveles que hay en el trayecto, el tiempo de movilización empeora para los usuarios.
Así lo asegura Rogelia Martínez, de 41 años, quien vive en Pisulí desde hace siete.
Cuenta que solo salir desde su barrio hasta la avenida Mariscal Sucre, en hora pico, le toma 40 minutos.
Aún las veces que no hay tráfico en la vía, los autos deben transitar a máximo 40 km/h.
Un problema similar ocurre a lo largo de la calle Vilcabamba, en el sector de La Argelia, en el sur. La vía es usada por quienes quieren llegar a la Simón Bolívar. En algunos tramos no es posible ir a más de 20 km/h debido a las irregularidades en la vía y, sobre todo, en las partes de adoquín.
Jesús Gómez, técnico en ingeniería de tránsito, asegura que precisamente una de las consecuencias del mal estado de las calles es la congestión. “Los autos se ven obligados a pasar despacio, por lo que pierden ritmo, deben frenar más y se producen embotellamientos”. Además, según el experto, en las calles que tienen problemas, los vehículos contaminan más y consumen mayor cantidad de combustible”.
Amparo Viteri, quien vive La Argelia Alta desde hace tres años, dice que el estado de la calle ha provocado incluso accidentes. Ella tiene una tienda y asegura que frente a su negocio se han chocado en dos ocasiones por evitar un bache. Además, a finales del año pasado, una niña fue atropellada.
Gómez señala que los baches, además de causar daños en la suspensión de los autos, son causantes de accidentes.
Para tener una idea, si un auto se detiene de golpe debido a un hueco, puede perder el control , subirse a la vereda o ser impactado por el vehículo que viene detrás.
Un auto que transita a unos 50 km/h y se ve obligado a frenar, indica Gómez, necesitaría aproximadamente 35 metros para detenerse por completo, en caso de que el conductor estuviese atento.
Más datos
Si va por primera vez por una vía, hágalo a menos del límite de velocidad establecido.
Conserve una distancia de al menos 5 m con el auto de en frente, tendrá tiempo para parar.
Si hay un montículo de tierra, tómelo de lado, para que su auto no se roce.
Si ve bache lleno de agua, circumbálelo, podría ser que sea profundo y que el líquido no permita dimensionarlo.
Revise el estado de los neumáticos de su vehículo para evitar problemas en el frenado o que se revienten por un impacto.