El tiempo transcurre lento en la calle España. Foto: Glenda Giacometti/ El Comercio.
Dos calles antiguas de Riobamba, en la provincia de Chimborazo, son una muestra del encanto patrimonial de esa ciudad. A pesar de que la modernización que llegó con los años cambió la cotidianidad de los vecinos que vivieron allí desde su infancia, hay tradiciones y edificaciones que permanecen intactas.
El tiempo transcurre lento en la calle España. Desde su intersección con la 10 de Agosto, hay que caminar 20 cuadras para llegar al Cementerio Municipal. A pesar de que centenares de arreglos florales se exhiben en las vitrinas de 37 floristerías, el trayecto es triste.
Se le conoce como ‘La calle de los que se van y nunca regresan’ porque por ahí pasan entre cuatro y seis cortejos fúnebres cada día. A inicios del siglo XX se construyó el cementerio y con el paso del tiempo prosperaron los negocios relacionados con los servicios mortuorios.
La funeraria Calderón es una de las más antiguas. José Uclides Calderón fundó el negocio en 1921. Hoy, sus cuatro nietos continúan con la fabricación de ataúdes de varios materiales, colores, tamaños y precios.
“Nuestro negocio es diferente. Los clientes siempre están tan afligidos que les cuesta decidir. Aquí tratamos de ser afectuosos y ayudarles con la logística del funeral” cuenta José Calderón.
Calle León Borja, en el centro de Riobamba. Foto: Glenda Giacometti/ El Comercio.
Asimismo, la Funeraria Mendoza abrió sus puertas en 1 950. Se hicieron famosos los entierros con carruajes fúnebres halados por caballos. Gonzalo Mendoza, pertenece a la tercera generación que administra ese negocio. “La vida en la calle España cambió a medida que llegaron las modernidades. Cada vez había más carros y menos contacto entre los vecinos”, recuerda Gonzalo.
Un entierro rememorado por terrateniente Luis Alberto Borja en uno de sus textos, es el de José María Paredes. En el afán de darle solemnidad a su traslado, pomposamente llama Avenida a la calle España.
Diagonal a esta vía, está la 10 de Agosto, que es una de las calles más movidas y comerciales. Allí todo es alegría. Por las tardes circulan despacio los enamorados tomados de la mano y más a prisa los funcionarios públicos que entran y salen de los edificios patrimoniales en donde se instalaron las instituciones gubernamentales.
En esta calle el empedrado y algunas casas antiguas que permanecen intactas son una pequeña muestra de cómo fue Riobamba en el pasado. El tramo más antiguo de esta vía está entre la calle Benalcazar y Carabobo.
Allí abundan los negocios de ropa, joyerías, bazares, entre otros. “Antes la gente se tomaba su tiempo hasta para pasear y todos nos conocíamos. Hoy todos están de apuro, se vive bajo presión, nada es igual”, cuenta Norma de Naranjo, propietaria de uno de los negocios ubicados en esta calle.