Washington, DPA
La inclusión de Cuba en la lista de 14 países cuyos ciudadanos serán especialmente vigilados al abordar un vuelo con destino a Estados Unidos resulta “ridícula” y muestra la necesidad de cambiar la política norteamericana hacia la isla, afirma hoy una columna del diario “The Washington Post”.
Tras el frustrado atentado el 25 de diciembre del nigeriano Umar Farouk Abdulmutallab contra un avión a punto de aterrizar en Detroit, Estados Unidos elevó las medidas de seguridad aéreas.
Entre otros, determinó que los pasajeros procedentes de 14 países -entre ellos Cuba, que el Departamento de Estado califica de “patrocinador del terrorismo” al igual que Irán, Sudán y Siria- deberán someterse a una revisión extra de equipaje y cacheos exhaustivos.
En su columna, el periodista Eugene Robinson considera “risible” calificar a Cuba como sospechoso de apoyar actividades terroristas al “presentar una amenaza cero de terrorismo”, sostiene, y recuerda en este sentido que la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana fue “uno de los pocos puestos diplomáticos norteamericanos que siguieron abiertos sin aparente incremento de la seguridad tras los atentados del 11 de septiembre de 2001”.
El gobierno de Barack Obma ha realizado muchos gestos “admirables” para “acercar la política exterior estadounidense a la realidad objetiva”, concede el columnista.
Pero a la hora de establecer una relación con La Habana, su política ha sido “tentativa y vacilante” y, pese a los pasos “mínimos” en la dirección correcta, como el levantamiento de la restricción de viajes y envío de remesas de ciudadanos cubanoamericanos, “prácticamente no se han tocado los pilares de una política fracasada durante medio siglo” hacia la isla, como el embargo, sostiene.
“Siguen sin darse pasos obvios que no harían más que servir a los intereses estadounidenses y, a la par, hacer casi con seguridad de Cuba una sociedad más abierta”, agrega. Obama tiene que cambiar la “insensata” política de Washington hacia a Cuba y, considera el columnista, “puede empezar por dejar de pretender que buscar terroristas de Al Qaida en vuelos procedentes de Cuba es cualquier cosa salvo una gran pérdida de tiempo”.