Fernando Larenas. Editor General. Desde Roma, Italia
Una severa advertencia sobre posibles implicaciones sociales derivadas del calentamiento global emitieron los legisladores del Foro de Roma, que ayer comenzó a evaluar los efectos del fenómeno climático, los logros desde el Protocolo de Kioto y las posibles correcciones que serán presentadas en la cumbre de Copenhague.
El foro, que entre ayer y hoy sesionará en la sede del Congreso italiano, generará propuestas que se entregarán en la próxima reunión de Copenhague, Dinamarca, en diciembre de este año. La comunidad internacional buscará en ese país un acuerdo para continuar la reducción de gases contaminantes, una vez que concluya el plazo de acción del Protocolo-Acuerdo de Kioto (Japón).
300 000 familias
habitan en la región amazónica por más de 150 años. Allí la tala de árboles continúa.Uno de los puntos preponderantes, que tiene que ver con esta cita auspiciada por el Banco Mundial, el Parlamento Italiano y la Organización Mundial de Legisladores por un Medio Ambiente Equilibrado (Globe, por sus siglas en inglés), está relacionado con el fenómeno social causado por el cambio climático.
Luciano Pizzato, senador brasileño por el estado de Paraná, indicó que en la región amazónica hay 300 000 familias que viven allí por más de 150 años, pero hay que detener la deforestación. “Se les dará un título de propiedad a cambio de que detengan la tala de árboles”. Brasil tiene un programa alternativo de biocombustibles, el 90% de los automóviles son del tipo ‘flex’, que funciona con gasolina o con energía renovable como el alcohol.
La discusión no solo debe ser ambiental, debe incorporar lo social y dar alternativas a las familias que desde hace mucho tiempo se dedicaban a talar los árboles. “La calidad de vida es fundamental, queremos dejar un planeta mejor para las futuras generaciones, dar calor y energía para millones de personas”.
Hasta 2004, Brasil deforestaba 27 000 km² de bosques amazónicos, pero la tasa comenzó a caer a 11 000 km² desde entonces, dijo la presidenta del senado Serys Slhessarenko, para quien el 47,8% de la energía que se consume en Brasil es renovable.
El Club de Roma es un centro de análisis que durante 40 años ha trabajado temas relacionados con los límites del crecimiento económico. Elaboró un documento para ser presentado a los participantes en el foro que se inició este viernes, al que, además del G-8, que integran las ocho mayores economías del mundo, asisten representantes de Brasil, México, India, China y Sudáfrica.
Stephen Byers, presidente de Global Legislators Organization (Globe), explicó que hay diversidad de criterios en la lucha contra el calentamiento. “Si algo sucede en China tendría efectos en todo el mundo, por eso ningún Gobierno puede trabajar solo”.
Pero el congresista chino Wang Guangtao replicó que cada ciudad china se ha comprometido con un total de 600 leyes locales de protección ambiental. “China es el país que más aprovecha la energía solar y es el cuarto en el desarrollo de energía eólica, pero, cuidado, unos 200 millones de campesinos se desplazarán a las ciudades en los próximos años”.
Byers destacó que el presidente Lula da Silva ha lanzado importantes desafíos y que el G-8 ejerce un liderazgo mediante transferencias financieras desde los países desarrollados hacia los que están en vías de desarrollo.
El gran desafío es que, a pesar de la crisis económica, “vamos a reducir las emisiones de gases que causan el calentamiento de la tierra y reducir la temperatura global a dos grados Celsius”, de acuerdo con lo expresado por Byers. El diputado mexicano José Luis Espinoza propuso la creación de un aparato de justicia ambiental que será liderado por su país. México, explicó el político, será el puente entre los países desarrollados y los que buscan salir del subdesarrollo.
El Gobierno de ese país aumentó las áreas protegidas y comenzó un proceso de reforestación con 25 millones de árboles “para combatir los efectos perniciosos del calentamiento del planeta” y ha sustituido la luz convencional con los focos ahorradores.
Entre las soluciones de gran magnitud, el legislador del gubernamental PAN advirtió que el Acuerdo de Kioto (1997) “es insuficiente” para evitar el calentamiento global. Hay que crear de manera urgente un fondo verde que evite una “catástrofe ecológica” y advirtió que los países pobres van a sufrir más que los ricos.
“Los países pobres están sujetos a gobiernos inestables, a guerras civiles y a la influencia del narcotráfico. A los pobres no se les puede exigir recursos”, protesto el legislador mexicano.