Los constantes baches aparecen en algunos tramos de la vía Calacalí-La Independencia, en Pichincha. Foto: Juan Carlos Pérez / EL COMERCIO
Viajar a la Costa o a la Sierra por la vía Calacalí-La Independencia es una de las opciones que los conductores suelen usar cuando la Alóag–Santo Domingo se cierra por derrumbes o accidentes.
Hace dos meses se registraron 25 deslizamientos en la Alóag que obligaron a los viajeros a ir por la Calacalí. Eso provocó que todo el flujo vehicular que circulaba por este eje vial averiado (22 000 vehículos) se volcara a la vía del noroccidente de Pichincha, que por entonces pasó a tener un tráfico de 18 000 a 40 000 automotores al día.
Según las autoridades, este incremento de la circulación aceleró el deterioro de esta ruta, que ya presentaba problemas por baches extensos en los tramos San Miguel de los Bancos- Nanegalito- Calacalí.
Hubo daños, pese a que la Dirección del Ministerio de Transportes y Obras Públicas (MTOP) de Pichincha realiza mantenimiento permanente desde el 2013, cuando asumió la administración de la vía. Antes, la competencia la tenía la Prefectura de Pichincha.
Actualmente, el MTOP define algunos detalles para declarar en emergencia a esta ruta que anualmente necesita de USD 5 millones para ejecutar obras de rehabilitación y asfaltado rutinario. La última intervención integral se realizó en el 2011.
En un recorrido que realizó este Diario el miércoles 25 de mayo se constataron los puntos críticos en la calzada.
En los dos carriles de los 42 kilómetros que tiene el trayecto San Miguel de los Bancos-Calacalí hay al menos 300 baches que están distribuidos entre los kilómetros 23 y 51. Cada dos y cuatro kilómetros aparecen entre 20 y 25 baches. Esto significa que cada minuto y medio un vehículo atraviesa por uno de esos huecos, si la velocidad es de 80 kilómetros por hora. Si el bache está cada 4 km tardan 3 minutos.
La dimensión de los baches es variable, sin embargo, se observan hasta de cuatro metros de ancho por ocho centímetros de profundidad.
El taxista Marcelo Ruiz explica que manejar en estas condiciones lo obliga a realizar maniobras arriesgadas. “Para esquivar los baches hay que cruzar al otro carril y la situación se complica con las lluvias, porque a veces no nos percatamos y caemos en uno”.
Otro inconveniente es el tiempo de viaje, que tarda por los daños en el asfalto.
Karina Ortiz hizo tres horas y media desde Santo Domingo hasta Calacalí a una velocidad de 80 kilómetros. “No se puede acelerar tanto porque no se sabe dónde me toparé con un nuevo bache”.
La comerciante Jeaneth Rivera cuenta que hace más de dos meses había más huecos de los que se ven actualmente, pero con los trabajos que se ejecutaron se arreglaron algunos; aunque con los días y las lluvias aparecieron otros.
El director del MTOP en Pichincha, Yubor Santi, reconoce que hace dos meses la calzada quedó muy destruida, incluso, por el paso de los vehículos que llevaron la ayuda a Manabí y Esmeraldas, por las afectaciones del terremoto.
Explica que es un suelo muy complicado, por las constantes lluvias que caen en el noroccidente de Pichincha y que no ayudan a que el asfalto nuevo se compacte en su totalidad.
“En este momento estamos tapando los baches hasta que se declare la emergencia para una reconstrucción total con alcantarillas, estabilización de taludes y protecciones”.
Para llegar a la Calacalí-La Independencia hay dos alternativas viales: por la Santo Domingo-Las Mercedes-10 de Agosto y por La Independencia-Puerto Quito.
Estas dos vías están en condiciones normales y también recibirán mejoras, dice el director del MTOP en Santo Domingo, Mario Maldonado.
Los usuarios esperan que no se repita la amarga experiencia del feriado de Semana Santa. Entonces, el tráfico de la Alóag se desvió por La Calacalí y los viajeros tardaron más de cinco horas para llegar a Quito, por el mal estado de la calzada.
Rectificación
A pedido de Gabriela Espín Rosales, subsecretaria zonal 2 del Ministerio de Transporte
En la página 8 de la sección Ecuador, del 1 de junio, bajo el título: “Cada 2 km de la vía Calacalí aparecen hasta 25 baches” se señala que: “en los dos carriles de los 42 kilómetros que tiene el trayecto San Miguel de Los Bancos – Calacalí, hay al menos 300 baches que están distribuidos entre los kilómetros 23 y 51. Cada dos y cuatro kilómetros aparecen entre 20 y 25 baches”. Eso no es verdad, si no lo siguiente: El Gobierno, a través del Ministerio de Transporte y Obras Públicas, desde enero del presente año realiza trabajos de bacheo y señalización en la vía Calacalí-La Independencia, en alrededor de 160 kilómetros, que incluye el tramo San Miguel de Los Bancos – Calacalí, ruta alterna a la Alóag-Santo Domingo. El avance de los trabajos es del 98% y en el tramo Calacalí – Nanegalito, del kilómetro 20 al 55 se han concluido los trabajos, mientras que desde la Mitad del Mundo-La independencia, finalizarán en junio. Además, el MTOP por intermedio de la dirección distrital de Pichincha y a través de microempresas, ejecuta obras de mantenimiento, para mantener en óptimas condiciones la transitabilidad por esta arteria vial. Además es de conocimiento público que siendo una de las principales conexiones a la Costa y debido al aumento en el tránsito por donde se trasladó la ayuda desde Pichincha y otras provincias hacia Manabí y Esmeraldas, afectadas por el terremoto del pasado 16 de abril, y, a la estación invernal, este corredor sufrió daños parciales, pero el mantenimiento se ha cumplido y se cumple oportunamente.
Nota de la Redacción. Este Diario realizó un recorrido el 25 de mayo del 2016 por los 42 kilómetros de los tramos afectados de la vía Calacalí-La Independencia. Ahí se constató los daños en la calzada, es decir, los 300 baches entre los kilómetros 23 al 51. Se tomaron fotografías y se hicieron videos, con testimonios de los conductores. Para contrastar se entrevistó al director del Ministerio de Transporte en Pichincha, el 31 de mayo. El punto de vista del funcionario fue considerado dentro de este informe sobre los daños en la carretera. Se indicó también que la vía tuvo un incremento en la circulación vehicular por el cierre de la Alóag- Santo Domingo, y por el tránsito de los vehículos que llevaron la ayuda para los damnificados del terremoto.