Los problemas que afronta el Gobierno ecuatoriano por la contracción de liquidez a raíz del brusco descenso del precio del petróleo en la primera mitad de este año podrían resolverse, al menos en parte, con la venta anticipada de petróleo a China.
Según versiones oficiales, Petrochina entregará mil millones de dólares a Ecuador a cambio del crudo que ya está enviando a la nación asiática, adonde en los primeros cuatro meses de este año ya llegaron más de 326 mil toneladas de crudo nacional
Para el Gobierno, que durante los dos primeros años de gestión se acostumbró a invertir mucho dinero en obra pública y subsidios sociales, el ingreso que recibirá de China es crucial, pues le permitirá equilibrar la caja fiscal y continuar durante los próximos cuatro años de régimen en ese ritmo de gasto que, de acuerdo a la filosofía del Presidente de la República, es lo que corresponde hacer con el dinero de todos los ecuatorianos para redistribuir la riqueza y atender a los sectores pobres que han sido tradicionalmente marginados.
La idea, en principio, se basa en el sentido común y es plausible en la medida en que el Gobierno está pensando en los sectores sociales permanentemente postergados, pero cabe reflexionar si al tomar ese tipo de decisiones, comprometiendo una parte de los réditos futuros, el Gobierno está pensando más en el hoy que en el mañana, dejando abierta la posibilidad de que en el futuro el país no pueda disponer de dinero fresco.
En todo caso, si se concretara la decisión de gastar esos recursos, es de esperar que se los maneje con pertinencia social y se los invierta en fomento a la producción y al empleo como una manera sensata de dinamizar la economía.