Luis Miguel Chiriboga
En los años sesenta, el afamado psicólogo Stanley Milgram realizó una serie de pruebas para estudiar las razones detrás de la maldad de los colaboradores de los regímenes dictatoriales de inicios del siglo XX. El científico quería descubrir si hay algo específico en el ser humano que al presentarse las condiciones adecuadas conlleva a tal comportamiento.
Milgram diseñó un estudio en el cual los participantes voluntarios tenían que administrar un shock eléctrico (falso aunque ellos no lo sabían) a otro participante. Estos shocks comenzaban con intensidades leves pero incrementaban a intensidades letales. El experimento se realizo en cientos de ocasiones y en más del 60% de los casos los participantes llegaron a administrar shocks letales por seguir las órdenes del moderador del experimento.
Los resultados del experimento permitieron a la ciencia entender que el ser humano obedece órdenes ciegamente cuando el individuo se ve a sí mismo como un instrumento para llevar a cargo las órdenes de alguien más, de un individuo con autoridad.
Hoy está pasando algo muy preocupante. Los seguidores del Sr. Correa siguen ciegamente a su líder pensando que todo lo que él dice o hace está correcto. No sienten la necesidad de hacerle rendir cuentas, porque se sienten agentes de un ser que lo sabe todo y lo puede todo, y por lo tanto creen que todo lo que hace esta correcto. Más preocupante aún se vuelve el panorama al momento que la prensa libre vea coartado su ámbito de acción por las nuevas leyes que están por aprobarse. Esto se presta para el lavado de cerebros masivo.
Si las cosas siguen como están y los ecuatorianos nos dejamos someter como borreguitos, de aquí a pocos años nos estaremos preguntando, al igual que otros pueblos después del cataclismo: ¿cómo fue que caímos en esto?