La camaronera Aray-BioAray, en Pedernales, está en reconstrucción luego del sismo. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO
El 2015 el sector camaronero ya cerró a la baja. Había tenido una contracción de USD 200 millones en las exportaciones, pese a que el volumen en ventas creció un 14%.
Esa tendencia a la baja se mantiene en este año. En el primer trimestre comparado con igual período del 2015, el sector cerró con una caída del 6,7%. Se trata de la tasa más baja -frente a iguales trimestres- desde el 2009.
En el segundo trimestre también se espera una caída. “Este es el quinto semestre en que el país registra ventas inferiores, frente a los años anteriores”, dice José Antonio Camposano, director de la Cámara Nacional de Acuacultura (CNA).
Si bien el volumen exportado creció entre enero y mayo de este año frente a iguales meses del 2015, esto no ha sido suficiente para levantar al sector debido a los bajos precios. La tonelada del producto ha venido en caída desde febrero del 2014, cuando tuvo su pico.
Y esa es la razón para el golpe a las exportaciones. Camposano habla de una caída que llega al 45% en los precios.
Entre enero a mayo del 2014 la tonelada de camarón se vendió al exterior en USD 9 130,5 y este año está en 6 685,5.
La producción de camarón se ha venido incrementando a una tasa promedio entre el 10 y 15 % por año, según datos del gremio camaronero.
Ecuador coloca en más de 50 mercados del exterior, lamentablemente ese aumento, en el mejor de los casos, alcanza para compensar la caída de los precios, según el dirigente.
El productor Víctor Hoyos recuerda que la libra del camarón de 12 gramos llegó a pagarse hasta en USD 2,50 en las empresas exportadoras. Una hectárea camaronera produce hasta 2 000 libras por cosecha. Ahora la producción se mantiene, pero la libra de ese mismo camarón cuesta USD 1,10.
Los precios cayeron en el mercado mundial, a raíz de una mayor oferta de países como India e Indonesia.
En el 2013 los países asiáticos habían reducido su producción por un síndrome de mortalidad temprana del crustáceo. Entonces, los precios subieron por una disminución de la oferta, pero ahora el mercado está copado.
A ese panorama negativo hasta mayo, se sumó el impacto del terremoto del 16 de abril pasado.Según la Senplades, hubo pérdidas por USD 35 millones en la zona norte de Manabí y sur de Esmeraldas. Allí hay cerca de 20 000 hectáreas de camarón.
En un recorrido por el río Mache, en el norte de Pedernales, se evidencia aún la destrucción. Piscinas destruidas, bombas caídas y campamentos en ruinas. El impacto laboral es significativo, ya que el sector genera 6 000 empleos directos solo en Pedernales.
Carlos Alberto Pérez, que trabaja en la camaronera Aray-BioAray, cuenta que cada piscina dañada representa una pérdida de USD 40 000.
La Corporación Financiera Nacional (CFN) dio un crédito de USD 1 millón a esta camaronera,a 7 años de plazo, con un año de gracia y un interés del 7,5%. Esta empresa tiene 80 empleados directos y debido a la reconstrucción de su camaronera, se contrató a 30 personas adicionales.
El impacto ya se sintió en las exportaciones de junio. Según datos de la CNA, en mayo se vendieron 76 millones de libras de camarón y en junio 71 millones. Camposano espera que solo haya sido junio irregular, en un semestre que considera ha sido favorable para el sector en producción.
Amílcar Ambrogi, secretario de la Cooperativa de Productores de Camarón de Pedernales, cree que el sector requiere USD 30 millones en créditos blandos para reflotar.