José Varas Flores logró que una clínica privada accediera a entregarle el cadáver de su madre, fallecida por coronavirus, después de que presentara una acción de protección ante la negativa del centro médico por una deuda de USD 68 000 por la atención de salud que recibió. Foto: Cortesía
La tranquilidad volvió a la casa de José Varas Flores. El joven, de 29 años, al fin pudo sepultar a su madre, Marianita de Jesús Flores Álvarez. Ella había fallecido el pasado domingo 26 de abril del 2020 en una clínica privada de Guayaquil, víctima del covid-19.
Desde ese día, la casa de salud se había negado a entregar el cadáver de la mujer hasta que la familia no cubriera el pago de USD 68 000 por la atención que recibió desde el 18 de marzo.
Por eso se interpuso una acción de protección en la Unidad Judicial de Guayaquil para que la clínica le devolviera a su madre. En el documento, el joven explicó que ella era afiliada al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) y que era esa institución la que se encargaría de los valores económicos. En ese recurso legal, la familia tampoco desconocía la deuda y aclaró que la mujer sí fue atendida en la casa de salud.
La respuesta de la Unidad Judicial llegó el jueves 30 de abril, un día después de que este Diario publicara la historia de José. Un juez otorgó una medida cautelar a favor de la familia y ordenó a la clínica que entregara el cuerpo de la víctima para que sea sepultado.
Al mismo tiempo, autoridades del IESS se comunicaron con el joven para gestionar el pago de los USD 68 000.
De esta forma, la clínica accedió a la entrega de los restos de Marianita de Jesús al medio día del jueves 30 de abril. Una hora después, el féretro de la mujer fue trasladado al Cementerio General de Guayaquil. Allí fue colocado en un nicho familiar.
José asistió al sepelio, acompañando a su padre. Los dos se sintieron aliviados de haberse podido despedir de Marianita de Jesús, quien perdió la vida tras luchar 40 días contra el coronavirus.