Decenas de personas asistieron ayer al entierro de Byron Caiza, un joven ciclista de 23 años, que el lunes de esta semana fuera atacado por confusión. Foto: EL COMERCIO
Una mujer embarazada, vestida con un delantal de cocina, y dos jóvenes son los sospechosos de la muerte de Byron Caiza, de 23 años. Mientras el joven, seleccionado de ciclismo de Pichincha y estudiante de gastronomía, era enterrado en el cementerio General de Machachi, a 45 kilómetros de Quito, la Policía ejecutaba un último operativo para arrestar a la mujer, al mediodía de ayer.
Caiza fue despedido por familiares, amigos y la comunidad, que se conmocionó al conocer que fue quemado por desconocidos en el barrio Cooperativa Tesalia, en el mismo cantón. Se trataba de un muchacho que resaltaba por haber representado al cantón en varias competencias nacionales de ciclismo y en campeonatos locales de fútbol.
La Dirección de Delitos Contra la Vida (Dinased) ubicó a los aprehendidos tras recoger versiones de testigos.
Según Édison Tupantuña, padrino, el joven fue atacado en la madrugada del lunes pasado por desconocidos, quienes lo confundieron con una persona que minutos antes habría robado un automóvil. “Estuvo en el momento equivocado, y creo que estas personas pensaron que él participó del asalto”.
Caiza logró escapar luego de ser atado de manos, rociado con gasolina y prendido fuego. Logró tocar la puerta de la casa de su tío, en el sector de la Cooperativa Tesalia, y pidió ayuda. “Me queman”, habrían sido sus últimas palabras, contó su hermana Estefany Caiza.
Esa misma mañana ingresó al área de quemados del Hospital Eugenio Espejo, en Quito. “Los médicos no nos dieron esperanzas, porque estaba muy mal, llegó con el 85% del cuerpo quemado”, indicó Tipantuña.
El jueves finalmente murió, pese a que su familia esperaba un milagro. “Era un deportista excelente, no tomaba ni tenía problemas con nadie. Tenía muchas cosas por hacer”, contó entre lágrimas su primo Ángel Caiza. Él permaneció siempre junto a otros parientes.
Al sepelio asistieron sus compañeros del Instituto Superior Rumiñahui y del club de ciclismo de Mejía. Ulises Parreño, comandante de la Policía de Mejía, indicó que tras la audiencia de formulación de cargos se conocerán los motivos del hecho, que por ahora son confusos. El fiscal que está a cargo de la investigación los va a acusar. Pero hasta el momento no han dado sus versiones”, manifestó.Afuera de la Unidad Judicial de Mejía, decenas de familiares se concentraron para pedir justicia.
Queremos que su muerte se esclarezca, porque estas cosas no pueden suceder aquí”, dijo un allegado.También los pobladores que conocieron de la noticia solicitaron que se instalen más cámaras de vigilancia en los sectores de Machachi.
“La inseguridad no solamente es en Quito, hemos visto que se ha trasladado acá y queremos que estas cosas no se repitan”, aseguró Marco Valencia, un morador de este sector.
En la tarde, en la Unidad Judicial Penal del cantón Mejía se desarrolló la audiencia y allí el fiscal Henry Cáliz acusó de asesinato a los tres detenidos.
En el Código Orgánico Integral Penal, la sanción por ese delito es de hasta 27 años de reclusión mayor.
En esa diligencia se conocieron más detalles de este hecho. El fiscal aseguró que el deportista fue quemado al ser acusado supuestamente de romper el vidrio de una camioneta.
“Los testigos indicaron que dos hombres se bajaron de la camioneta y junto con una mujer agredieron físicamente al joven mientras lo arrastraban al interior de un terreno”, señaló Cáliz en la audiencia.
Otra persona detalló que vio una mujer que pasaba con su hijo por la calle. Ella se percató que el chico estaba en el suelo y era golpeado por un grupo de personas. La mujer habría tratado de ayudarlo, pero también fue insultada por los detenidos.
Este testigo creyó que se trataba de un problema familiar y se marchó del sitio antes de que la víctima sea quemada.
Con estas versiones, los agentes allanaron la vivienda en donde se presume sucedió el crimen. Los agentes dijeron que allí se hallaron marcas rojas. “Presumiblemente se trata de sangre, pero primero debemos hacer la prueba de luminol para determinar si en verdad son restos orgánicos”, dijo el fiscal.
Por otro lado, los sospechosos, que son miembros de una familia, aseguraron ser inocentes. Ellos explicaron que en la madrugada del lunes estuvieron cada uno en sus domicilios, lejos del lugar del incidente.
Pero el fiscal detalló que ellos habrían asistido a una fiesta en el sector de la Cooperativa Tesalia. Tras la diligencia, la jueza Fátima Llundo ordenó la prisión preventiva para los dos hombres, mientras que la mujer recibió arresto domiciliario por sus 23 semanas de gestación. De allí que el caso entra en una investigación.
En contexto
En la mañana, la Policía difundió datos sobre los dos primeros detenidos. Ellos aparecieron junto a un agente. Los policías también mostraron seis supuestas evidencias. La tercera persona arrestada fue llevada en un patrullero, en medio de los vecinos.