150 viajes al día realizan los microbuses y busetas de compañías como Openat y la Alianza del Transporte (imagen), en la ruta entre la capital azuaya y Guayaquil. Foto: Xavier Caivinagua para EL COMERCIO
Eran cerca de las 06:00 del 12 de junio del 2018, en el sur de Cuenca. En el parqueadero de la Alianza del Transporte del Austro, dos microbuses salían llenos con 17 pasajeros cada uno a Guayaquil y otro llegaba desde esa urbe. Los usuarios son ejecutivos, académicos, emigrantes y turistas.
En ese grupo estaban los cuencanos Ernesto Peralta y Eva Domínguez, quienes salieron en el turno de las 06:00 por reuniones de negocios. Utilizan una vez al mes esta opción.
Antes lo hacían en avión, pero optaron por el transporte terrestre debido a los constantes retrasos y suspensiones de vuelos de la aerolínea Tame, la única que da el servicio a Guayaquil. Solo en lo que va del 2018 se han suspendido 19 de 70 vuelos.
Para un pasajero es frustrante y molestoso llegar a los aeropuertos y escuchar que el vuelo se suspendió, señaló el gerente de la Corporación Aeroportuaria de Cuenca, Carlos Jácome. “Eso representa una mala imagen para la aerolínea y gastos adicionales y pérdida de tiempo para los pasajeros”.
Por los problemas de conectividad aérea con Guayaquil en el último año, el flujo diario de pasajeros por vía terrestre aumentó. El Municipio de Cuenca informó que la demanda de pasajeros en esta ruta subió en el 2017 un 20% con relación al 2016. En la actualidad, 100 000 personas al mes se movilizan en buses públicos, microbuses o busetas; en estas últimas viaja el 41,25%.
En el 2016, para suplir los vuelos que Tame interrumpió por un año, la Agencia Nacional de Tránsito autorizó la creación de la Alianza de Transporte que agrupa a las cooperativas Express Sucre, Ejecutivo San Luis, Súper Taxis Cuenca, Turismo Oriental y Súper Semería.
Es un servicio paralelo que brindan estas empresas al habitual de buses interprovinciales, que operan desde la terminal terrestre de Cuenca. Los socios adquirieron microbuses y dan el servicio ejecutivo entre la capital azuaya y el aeropuerto de Guayaquil.
La ruta entre ambas ciudades está servida diariamente por 60 viajes (ida y vuelta) de buses interprovinciales y 150 de microbuses y busetas, que pertenecen a las siete empresas. Los fines de semana y feriados esa cifra se duplica, según la demanda.
En el transporte público, el pasaje cuesta USD 7 y en los microbuses USD 12. Para el profesor universitario, Andrés Mancheno, esos precios son bajos con relación al servicio aéreo. Por esa otra razón, se cambió al servicio terrestre desde el año pasado.
Él pagaba hasta USD 230 por vuelo de ida y vuelta, entre Cuenca y Guayaquil. “Pero hay gastos adicionales de alimentación, movilización y hospedaje porque la aerolínea Tame solo tiene una frecuencia diaria a las 18:00”.
Según el director de la Cámara de Comercio de Cuenca, Jaime Moreno, desde principios del 2018 -cuando Tame retomó el servicio-, los empresarios señalaron que ese horario no era útil. Señaló que los empresarios viajan en la mañana, hacen sus gestiones en el día y retornan en la noche.
El desplazamiento por tierra entre ambas ciudades dura tres horas. Por esa cercanía y por la irregularidad en los vuelos creció la demanda del servicio de busetas, agregó Moreno. Para él, será mayor a partir del 27 de junio por el nuevo anuncio de Tame de dejar de operar durante otro año.
La Alianza no es la única que brinda el servicio de busetas. También lo hacen Operazuay, Élite, Faviz Tours, Tinamu Tours, Ecuavanturs y Openat, que están autorizadas para movilizar turistas, pero también trasladan otros pasajeros.
Las cinco primeras son parte de la Prefederación de Transporte Ejecutivo de Azuay. Ahora, gestionan ante la Agencia Nacional de Tránsito el permiso para operar en el servicio ejecutivo regular.