Actualmente son unos 40 buses que van desde la Pisulí y La Roldós y tienen un solo camino para llegar hasta la avenida Occidental o La Ofelia. Foto: Archivo / EL COMERCIO
El sistema Quito Cables no solo involucra la construcción de las cabinas y paradas, sino también un cambio en las rutas de transporte público que transitaban por estas zonas. El plan de movilidad aún se está difundiendo con los transportistas involucrados.
La propuesta busca convertir la movilidad en la ciudad en un sistema integrado de transporte que se guíe bajo tres principios: integración tarifaria, integración operacional e intermodalidad.
Esto quiere decir que las rutas deben funcionar de acuerdo con los horarios y localización de los Quito Cables, en este caso, y algo similar se implementará con el Metro.
Darío Tapia, secretario de Movilidad del Distrito, considera que es necesario modificar el esquema vigente. Actualmente son unos 40 buses que van desde la Pisulí y La Roldós y tienen un solo camino para llegar hasta la avenida Occidental o La Ofelia.
Esta ruta estará cubierta por el nuevo sistema de cabinas, por lo que el transporte terrestre será un complemento. Según Tapia, lo que se sugiere es tener buses alimentadores entre los barrios altos de Quito hacia las estaciones. Estos harían recorridos circulares.
Por ejemplo, alrededor de La Roldós está el barrio Consejo Provincial. Con el esquema propuesto, se realizarían circuitos que darían la vuelta por el barrio y llevarían a los moradores hacia la estación más cercana. En La Pisulí hay barrios aledaños como Tiwintza o La Paz que también necesitan círculos de ruta.
Con estos cambios basados en rutas locales, el recorrido que funciona actualmente desde La Roldós hasta La Ofelia dejaría de funcionar.
Algunas de las preocupaciones de los usuarios de estos buses, que diariamente se aglomeran en el sector de El Condado para conseguir transporte a su hogar, es que los horarios de las cabinas y de los buses no coincidan y no tengan forma de llegar a su destino.
Para Fabiola Arce, moradora de La Pisulí, es importante que se difunda el proyecto con todo el barrio y no solo con los representantes. Hasta el momento no conoce con exactitud qué es lo que se construirá y tiene temor de que esto afecte su movilización.
La mayor preocupación de esta moradora es cómo va a subir sus quintales de papas, los atados de cebolla, la carne o cualquiera de las compras de alimentos, en las cabinas. Este punto también quiere que se aclare, ya que actualmente los buses les funcionan para este propósito.
Por eso, para Arce, deberían funcionar ambos sistemas de transporte por la misma ruta. Así, se acomodaría a las necesidades de cada persona.
Los recorridos tendrían una periodicidad para que estén en coordinación con la salida de las cabinas, dice Tapia. El Secretario cree que este sistema integrado permitirá que las rutas sean más cortas y la movilización sea más fácil.
Algunas de las rutas no serán modificadas, ya que los Quito Cables no abarcan estos puntos y son necesarias por la demanda que hay del servicio. Recorridos como Roldós-Estadio Olímpico y Parque Curiquingue-Estación La Magdalena permanecerán igual.
Lo que quedaría pendiente es coordinar los horarios para que las personas puedan dirigirse hacia su destino una vez que bajen de las cabinas. Todavía no se conoce cuál será el precio y el horario de funcionamiento, pero se espera que el alcalde Mauricio Rodas sea quien lo anuncie.
El Secretario de Movilidad explicó que se están llevando a cabo las primeras reuniones con los transportistas para poder llegar a un acuerdo e informar sobre el proyecto.
Los conductores de buses consultados por este Diario en el sector de El Condado aún no conocían sobre la propuesta. César C., chofer de uno de estos transportes y que pidió la reserva de su identidad, espera que las medidas no perjudiquen su labor y que se pueda llegar a un acuerdo en cuanto al valor del pasaje y las rutas. Actualmente, dice, estos recorridos tienen alta demanda.
El proyecto se ha enfrentado a las críticas de otros sectores de la población. Moradores de El Condado han mostrado su rechazo a la construcción de los Quito Cables y algunos de los barrios afectados aún piden más explicaciones.
Este nuevo sistema de transporte trabajará 17 horas diarias y realizará 30 000 viajes, también por día. Las cabinas bajarán en 12 minutos.