Los buseros piden alza del pasaje urbano, los usuarios se oponen
Varias redacciones
ecuador@elcomercio.com
Las medidas de presión se iniciarán este martes. Para ese día, la dirigencia del transporte urbano tiene previsto protestar en la Comisión Nacional de Transporte, Tránsito y Seguridad Vial (Cnttsv) para exigir el alza del pasaje urbano de USD 0,25 a 0,45.
La Cámara de Transporte del país tiene dos argumentos: el incremento en el precio de repuestos e insumos y el alto costo de la vida. La última alza fue en 2003. Según el presidente del gremio, José Santamaría, en ese año el salario básico era USD 80 y ahora es de USD 240.
“Es decir, hay un incremento del 300% y no subió la tarifa”. Él agrega que en tres años la caneca de cinco galones de un lubricante pasó de USD 18,50 a 90. Y una llanta de USD 240 a 550.
El pedido de revisión de pasajes no lo conocen en la Cnttsv.
El director en Azuay, Iván Carvallo, dice que no ha tratado el tema con la dirigencia. La entidad está encargada de regular el pasaje.
Carvallo asegura que una revisión exige un estudio, pero Santamaría agrega que el último se hizo en abril pasado y fijó la tarifa en USD 0,42. En su opinión, hay que considerar salarios, costos de combustibles y repuestos. “Por eso, en ciudades pequeñas es difícil renovar las unidades”.
En Guayaquil, los transportistas insisten en que se debe revisar el costo del peaje. Para Augusto Aguirre, presidente de la Federación de Transportistas Urbanos del Guayas, el Gobierno debe tomar una decisión. “De lo contrario se viene una quiebra económica para el sector”.
Él señala que si las condiciones del país no dan para un aumento, el Régimen debe fijar bonos para los sectores de la tercera edad y estudiantil. “Para ellos, la tarifa debe ser de USD 0,25”.
Aguirre también preside Metroquil, uno de los dos consorcios que se incorporaron al servicio de la Metrovía de Guayaquil. Según él, este sistema de transporte también afronta dificultades por las bajas tarifas.
El mayor problema, a más de los costos de repuestos y mantenimiento, lo heredaron cuando tuvieron que importar 10 buses más tras el inicio de operaciones.
“Los 10 últimos buses costaron USD 100 000 más, es decir, USD 325 000 cada uno”.
Aguirre defiende la petición de incremento en las tarifas. Su argumentación se basa sobre los USD 0,65 que paga el pasajero en Bogotá, o los USD 0,60 que cancela el usuario en Chile. No se refirió a la calidad del servicio.
En Ambato, Ibarra, Santo Domingo, Cuenca... hay oposición al alza. En esta última ciudad, los usuarios no aprueban el pedido. Para la estudiante Elena Romero, USD 0,45 es alto para un país en crisis, donde el sueldo es bajo. Ella usa ocho veces al día el bus.
En Santo Domingo, Patricia Muquincho dice que el sueldo de su esposo (USD 240) no alcanza. “Peor si suben los pasajes. Tengo tres hijos y dos son escolares y se movilizan en bus”.
Lo mismo piensa Freyi Napa, quien tiene una capacidad especial. Ella cuenta que los conductores no respetan el carné de discapacidad ni las paradas.
En Esmeraldas también existen limitaciones en el servicio, como concentración de rutas en el centro, mientras otros sectores no tienen transporte. También hay asaltos y circulan pocas unidades durante las noches.
Por ello, el pasajero Eduardo Freire no apoya un posible incremento en el costo de los pasajes.
Feliz Velasco, gerente de la cooperativa Las Palmas, que tiene 100 unidades, señala que la Federación Nacional negociará un sistema de compensación con el Gobierno. “Puede ser la liberación de aranceles para las llantas y lubricantes”.
A pesar de las quejas, los directivos de la Unión de Transportistas de Tungurahua respaldan la petición de incremento.
En Ambato se calcula que cada bus transporta cada día alrededor de 400 personas. Es decir, 174 000 ambateños usan el servicio de transporte a diario.
En 2008, esta institución realizó un estudio de cálculo de factores de incremento del pasaje. En este se determinó que el alza sea de USD 0,04, es decir, de USD 0,18 a USD 0,22.
Pero el Concejo Municipal aceptó que se cobre desde este mes USD 0,20.