Buenos Aires vive días de crispación social y de caos

Santiago Estrella Garcés.  
Corresponsal en Buenos Aires

‘Estoy  furioso. No se puede andar por Buenos Aires. Recorrer 15 cuadras me demoró 35 minutos. Ahora cualquiera se toma la calle y no se puede vivir así, nosotros tenemos que laburar. Entiendo lo que vive la gente, pero nosotros tenemos que trabajar”. Así dice Walter C., un taxista algo más cansado que furioso con pocos viajes, no por la falta de demanda, precisamente.

Él y los porteños están viviendo semanas de crispación en su vida cotidiana. Los paros y cortes de rutas y avenidas son constantes, y las incomodidades de tránsito agobian a todos. El subte (metro) se paraliza por un conflicto entre un grupo de trabajadores que reclama la libertad sindical. Por ello, 1,5 millones de personas que lo usan han debido buscar, dos veces en dos semanas, colectivos que ya de por sí van llenos.

“Nos tienen de rehenes y ya llevo media hora de atraso”, decía en cambio Viviana, mientras hacía la fila para tomar un bus, agotada por el calor. Y furiosa porque en un mismo día miles de manifestantes llegan hasta la avenida 9 de Julio y detienen el tránsito.

A 20 cuadras, en Congreso, hay otra manifestación de  grupos que demandan una mejor distribución de los planes sociales que ofreció recientemente la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Son las agrupaciones de izquierda no alineadas con el Gobierno que exigen ser partícipes de las cooperativas y que por allí se extiendan la asignación de 180 pesos (USD
47) por cada hijo menor de edad y que no a través de los intendentes de cada ciudad.

Pero también hay ex militares y jubilados en las calles reclamando sus derechos. Y los hospitales y escuelas de Buenos Aires vuelven al paro una y otra vez. Y hasta para desatar el humor, un grupo de jóvenes marcharon desnudos en Plaza de Mayo por el no desalojo de una vivienda que ocupan.

Es una escena cotidiana en  Buenos Aires, aunque últimamente se los ha sentido con mayor intensidad, y   se hizo más sensible luego de un “acampe” de más de 30 horas en la avenida 9 de Julio, la arteria principal. Y prometen que la próxima semana volverán si sus demandas no son atendidas. Mientras que ayer por la tarde, los trabajadores del Instituto Nacional de Estadística y Censos se abrazaron simbólicamente en la calle rechazando el nuevo y manipulado informe de inflación.

Si ya con eso el ambiente no fuese enrarecido, las estrellas de la farándula aparecen en los diversos medios. Demandan seguridad, justicia ante los asesinatos diarios que comete la delincuencia común, pero también de los cortes.

“Anda a ver si cortas la Quinta Avenida (Nueva York) si te deja la Policía”, dijo Susana Giménez;

“Así no se debe vivir. Tienen que querernos un poco”, dijo Mirtha Legrand, quien además convocó a una concentración. “No creo que los pobres sean los violentos. No se trata de que seas de derecha o de izquierda, si facho, mano dura o lo que sea: lo que queremos los argentinos es que haya paz y justicia”, dijo Marcelo Tinelli.

Los tres, si bien son cuestionados por muchos por corresponder a la ‘televisión chatarra’, son seguidos por miles de televidentes que ven en sus palabras una referencia. Y por eso, el Gobierno no los desoyó, pero les restó legitimidad. Prefirió hablar de “intentos de desestabilización” que buscaron “el mal humor de la sociedad”, según dijo la Presidenta.

Mientras tanto, el ex presidente Néstor Kirchner dejó en fojas cero su intención de renunciar a la presidencia del Partido Justicialista como anunció luego de la derrota electoral  del 28 de junio.

“Argentina tiene una desestabilización escondida,  al interior del peronismo que quedó debilitado luego de las elecciones. Entonces hay un reacomodamiento dentro del partido. Los gobernadores y los intendentes  hablan entre ellos y van apareciendo nuevas figuras. Entonces, el Gobierno se siente amenazado”, reflexiona  el sociólogo Carlos de Angelis, director
del Observatorio Político y Social.

Por eso, la poderosa Confederación General del Trabajo y piqueteros oficialistas anunciaron para el día 20 una movilización  en “defensa del Gobierno”.

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