Manifestantes se reúnen en la avenida Paulista este domingo 13 de marzo de 2016, en Sao Paulo (Brasil), para pedir la destitución de la presidenta brasileña Dilma Rousseff. Foto: EFE
Miles de brasileños tomaron hoy, 13 de marzo de 2016, las calles en decenas de ciudades para expresar su repudio al Gobierno de Dilma Rousseff, en un duro revés para la presidenta, que enfrenta el momento más crítico de su mandato.
La corrupción que salpica y complica cada vez más a su Gobierno es el motor de la indignación generalizada, que se manifiesta también contra el expresidente Luiz Inacio Lula da Silva y el gobernante Partido de los Trabajadores (PT).
En un acto sin precedentes, la ciudad de Sao Paulo, epicentro histórico de las manifestaciones populares en el país, reunió casi dos millones de personas, según los organizadores.
El instituto Datafolha, vinculado al diario “Folha de Sao Paulo”, aseguró que hubo cerca de medio millón de participantes. De cualquier manera, tal como aclaró el diario, se trata de la mayor manifestación que recibe la metrópolis en su historia.
El medio millón de personas supera, por ejemplo, la asistencia a los históricos actos celebrados en 1984, cuando la dictadura militar (1964-1985) llegaba a su fin y la población salió a exigir que el presidente de la República pasara a ser elegido en forma directa, en lo que se conoció como las “Directas Ya”.
Por primera vez desde que Rousseff asumió el Gobierno, en enero de 2011, los partidos y políticos opositores participaron activamente de las protestas. El principal opositor del Gobierno, el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), estuvo representado en Sao Paulo por sus principales líderes: el senador Aécio Neves -candidato derrotado por Rousseff en las urnas de octubre de 2014- y el gobernador de Sao Paulo, Geraldo Alckmin (PSDB). También comparecieron representantes del partido derechista Demócratas (DEM), como los diputados Mendonça Filho y Ónix Lorenzoni.
Según el portal del diario opositor “O Estado de Sao Paulo“, algunos legisladores presentes utilizaron micrófonos cedidos por uno de los grupos organizadores de los actos, el Movimiento Brasil Libre (PT) para pronunciar discursos, lo que dividió al público entre quienes los aplaudieron y quienes los abuchearon.
El MBL rechazó en 2015 la presencia de políticos en sus actos porque se autodefinía como “apartidario”. No obstante, este año participó en reuniones con líderes opositores, en una inédita aproximación del grupo con partidos políticos, y hoy permitió que los políticos hablaran desde lo alto del vehículo de sonido que fue instalado en la avenida.
En Río de Janeiro, donde las protestas comenzaron por la mañana, una verdadera marea humana teñida de verde y amarillo, los colores de la bandera de Brasil, se concentró en la avenida Atlántica, en la rambla de la playa de Copacabana, para pedir la salida del poder de la mandataria y su partido, así como la prisión de Lula, investigado y con un pedido de prisión en curso por sus presuntos nexos con el escándalo de corrupción en Petrobras.
Asimismo, el juez federal Sérgio Moro, quien encabeza los procesos vinculados a la operación Lava Jato de la Policía Federal -que investiga los fraudes en Petrobras- fue el héroe de la jornada, con numerosas menciones a su trabajo. “Somos todos Moro”, “Moro, los nietos de Brasil te agradecerán” y “Moro y Policía Federal, líbrennos de la corrupción”, entre muchas otras consignas, sintetizaron el sentir de los manifestantes, que se dicen “hartos de la corrupción”.
Rousseff y Lula, en tanto, fueron objeto de duros calificativos, a veces ofensivos, y consignas que clamaban por su salida del poder, su prisión e incluso su muerte.
“DilMafiosa y LuLadrón” se pudo leer en carteles erguidos junto al ya clásico muñeco inflable de Lula vestido de preso, al cual en esta ocasión se le sumó como “compañera de prisión” su sucesora y ahijada política.
Un muñeco inflable de Lula vestido de preso fue parte de las protestas. A este se le sumó a la presidente Rousseff como “compañera de prisión”. Foto: EFE
En Brasilia, donde la protesta terminó pasado el mediodía, la policía militar calculó unas 100 000 personas en la marcha, que partió de la plaza del Museu da República y teminó en las proximidades del Congreso Nacional. También hubo protestas en al menos 22 estados y el distrito federal.
Gobernador de Sao Paulo dice que Brasil precisa “pasar la página” de Rousseff
El gobernador del estado de Sao Paulo, Geraldo Alckmin, afirmó que Brasil precisa “pasar la página” del Gobierno de Dilma Rousseff, en abierto apoyo a las multitudinarias protestas que exigen la destitución de la mandataria.
“Precisamos pasar esta página. Precisamos una solución rápida para superar la crisis y retomar el crecimiento”, dijo Alckmin a periodistas antes de dirigirse a la céntrica avenida Paulista, donde miles de personas manifestaban su apoyo al juicio político que la oposición promueve en el Congreso contra Rousseff.