Boris Johnson, a contrarreloj en el Parlamento a nueve días del Brexit

Boris Johnson  sonriendo en la Cámara de los Comunes en Londres el 19 de octubre de 2019, durante un debate sobre el acuerdo Brexit.  Foto: AFP

Boris Johnson sonriendo en la Cámara de los Comunes en Londres el 19 de octubre de 2019, durante un debate sobre el acuerdo Brexit. Foto: AFP

Boris Johnson sonriendo en la Cámara de los Comunes en Londres el 19 de octubre de 2019, durante un debate sobre el acuerdo Brexit. Foto: AFP

El nuevo acuerdo logrado contra todo pronóstico por Boris Johnson con la Unión Europea enfrenta el martes  22 de octubre del 2019 dos votos claves en el Parlamento británico, que determinarán si se puede adoptar a tiempo para realizar el Brexit a fin de mes.

El primer ministro conservador, totalmente contrario a volver a aplazar la salida de la UE prevista para el día 31, ya intentó dos veces obtener la aprobación de los diputados al texto cerrado la semana pasada en Bruselas.

Pero fracasó: el sábado los legisladores decidieron posponer su decisión hasta haber aprobado la legislación necesaria para implementarlo y dos días después el presidente de la Cámara de los Comunes, John Bercow, rechazó que se debatiese de nuevo por considerarlo “repetitivo”.

Así que el martes, el ejecutivo somete a debate y votación el proyecto de ley que debe traducir el denominado Tratado de Retirada a la legislación británica, en un intento de que sea adoptado contrarreloj en solo tres días.

Para entrar en vigor, el acuerdo debe ser ratificado por el Parlamento de Westminster y por la Eurocámara, pero esta anunció que esperará a ver qué hacen los diputados británicos antes de convocar su propia votación.

“Espero que el Parlamento vote hoy para recuperar el control para sí mismo y para el pueblo británico y que el país pueda empezar a centrarse” en otras cuestiones, debe decir Johnson al abrir el debate, según un extracto de su discurso. “La población no quiere más retrasos, ni tampoco los quieren los otros líderes europeos, ni los quiero yo”.

¿Colosal primera victoria? 

Fortalecido tras haber logrado lo que parecía imposible, renegociar el impopular acuerdo anterior con una UE más que reticente, Johnson confía en reunir un apoyo mayoritario a su nuevo texto, gracias al respaldo de los conservadores más euroescépticos, de muchos independientes y de buen número de opositores laboristas partidarios del Brexit.

Confía así en que, pese al rechazo de su aliado clave, el pequeño partido unionista norirlandés DUP, el proyecto de ley supere una votación preliminar prevista hacia las 18:00 GMT.

Si lo logra, se apuntará una colosal primera victoria en el Parlamento desde que llegó al poder a finales de julio para reemplazar a Theresa May, quien acabó dimitiendo ante el bloqueo político.

Pero si fracasa, todo el proceso se irá a pique, porque el gobierno no puede someter el mismo proyecto de ley dos veces en una misma sesión parlamentaria.

El país se vería entonces ante la disyuntiva de un temido Brexit sin acuerdo a final de mes o, más probable, de un nuevo aplazamiento.

Johnson se vio obligado por los diputados a pedir a regañadientes una nueva prórroga de tres meses a la UE y es difícil imaginar que frente al riesgo de una dolorosa salida brutal sus 27 socios europeos se la deniegen.

Una apretada agenda

Pero aún en el caso de que se alzase triunfante en ese primer voto, no tendría la victoria en absoluto garantizada.

Los diputados votarían después la agenda de debates elaborada por el gobierno, con el jueves por la noche como fecha límite para aprobar una legislación muy compleja que normalmente tardaría semanas en ser examinada.

El experto Joe Owen, del centro de reflexión londinense Institute for Government, ironizó señalando que la ley sobre el Brexit tendría así menos tiempo de debate parlamentario que la aprobada en julio para proteger a los 19 animales salvajes que quedan en los circos británicos.

Si la agenda es rechazada, el proceso se verá como mínimo retrasado, imposibilitando casi con certeza que el 31 de octubre se cumpla con lo decidido más de tres años antes, en el referéndum de 2016 en que 52% de británicos votó por poner fin a 46 años de pertenencia a la UE.

E incluso en el improbable caso de que la agenda fuese aceptada, la oposición ya prevé presentar un alud de enmiendas -desde la convocatoria de un segundo referéndum hasta la exigencia de una unión aduanera con la UE- que podrían empujar a Johnson a retirar simplemente su proyecto de ley y jugárselo todo a unas próximas elecciones legislativas anticipadas.

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