Guayas, Manabí y Pichincha (en ese orden) son las provincias que históricamente reportan el mayor número de beneficiarios del Bono de Desarrollo Humano (BDH), un subsidio de USD 50 que se introdujo en 1998 para atender a los hogares en situación de pobreza.
Pero si se considera cuántos ecuatorianos reciben esta transferencia por cada 100 000, Manabí se convierte en la provincia con la mayor tasa de beneficiarios (26,8%), seguida de Guayas (16,2%) y Orellana (12,5%).
Desde enero del 2013, el Gobierno busca reducir el número de ecuatorianos que perciben este beneficio. Para ello, inició un proceso de depuración de la base de datos.
En la foto, Patricia Saquinga que cuida de su abuelo de 105 años. Ella es una de las beneficiadas del bono desde hace 4 años. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
Desde esa fecha hasta este mes, 390 305 personas dejaron de percibir el bono, esto es un promedio de 716 personas cada día.
El mayor recorte se dio en abril del 2013 cuando casi 130 000 ecuatorianos dejaron de ser beneficiarios solo en ese mes.
La causa principal fue que no cumplían con el Acuerdo Ministerial 197 del Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) que estableció una serie de condiciones para recibir el pago.
En abril de este año se produjo otro recorte importante y 106 657 personas quedaron fuera del beneficio, en especial por depuración de la base de datos establecido en el Acuerdo Ministerial 348, que aún no ha sido publicado en el Registro Oficial.
Las principales causas de la salida de estos beneficiarios es que han superado la condición de extrema pobreza porque consiguieron un trabajo formal, algunos incluso en el propio sector público; acceden a más a servicios básicos como educación, salud; etc.
Otras causas de salida son fallecimientos, recibir una pensión del Seguro Social, cobrar el Bono Joaquín Gallegos Lara (USD 240 al familiar que cuida a una persona con discapacidad severa), etc.
La reducción supone un ahorro fiscal de USD 19,5 millones mensuales; es decir, unos USD 234 millones al año.