Bomberos que fueron a México por el terremoto ayudaron a encontrar dos personas fallecidas

Los 15 miembros del grupo USAR de Quito y el resto de invitados a la ceremonia hicieron un minuto de silencio en homenaje a las más de 300 víctimas del terremoto de 7.1 grados. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO

Los 15 miembros del grupo USAR de Quito y el resto de invitados a la ceremonia hicieron un minuto de silencio en homenaje a las más de 300 víctimas del terremoto de 7.1 grados. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO

Los 15 miembros del grupo USAR de Quito y el resto de invitados a la ceremonia hicieron un minuto de silencio en homenaje a las más de 300 víctimas del terremoto de 7.1 grados. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO

Con un saludo a nombre de los "Caballeros de Fuego" que viajaron a México para colaborar en tareas de rescate tras el terremoto ocurrido en ese país el 19 de septiembre del 2017, el comandante del Cuerpo de Bomberos, Eber Arroyo, saludó a Quito, por intermedio del alcalde Mauricio Rodas.

Al bajar del bus en el que los 15 rescatistas y dos canes llegaron desde el Aeropuerto de Latacunga, Arroyo devolvió la bandera de Quito que Rodas le entregó cuando la semana pasada viajaron para cumplir con su misión humanitaria.

Así inició un acto formal para recibir al grupo que colaboró con la detección de dos cadáveres en medio de los escombros de un laboratorio, en la colonia Roma, en el Distrito Federal y con el apuntalamiento de otro edificio en la colonia Condesa.

Los 15 miembros del grupo USAR de Quito y el resto de invitados a la ceremonia hicieron un minuto de silencio en homenaje a las más de 300 víctimas del terremoto de 7.1 grados que destruyó edificaciones en Puebla, Modelos, Estado de México, DF y otros puntos.

Arroyo confesó haber sentido temor de los conocimientos propios y de sus compañeros cuando recibió la orden de armar un grupo para viajar. Explicó que se necesita un equipo ideal de 30 efectivos para una misión, pero debido a temas de peso y coordinación, debieron ir únicamente 15 que se sumarían a otro grupo igual de Guayaquil.

Por eso pidió a sus compañeros de misión conformar un grupo de 15 personas que tuvieran el espíritu de 45. Arroyo perdió el miedo cuando tuvo la oportunidad de trabajar con colegas de Estados Unidos, Japón y México. Sintió lo mismo cuando uno de los participantes de la misión, mientras apuntalaban el segundo edifico le dijo: "Comandante, somos buenos" y consideró que con humildad debía aceptar que los bomberos quiteños lo son.

Al recibimiento también asistieron el embajador mexicano Roberto Canseco , la concejala Renata Moreno y el secretario de Seguridad, Juan Zapata.

Canseco habló a nombre del pueblo mexicano y agradeció a quienes llamó héroes porque entran a donde no entra nadie, arriesgando su propia vida para salvar la de otros. Luego leyó una carta en la que agradeció la ágil respuesta del noble equipo de Bomberos de Quito que viajó a la capital mexicana para colaborar en el rescate. Luego entregó a cada uno de los rescatistas un reconocimiento escrito por su labor.

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