Estocolomo y Kunduz. AFP
Francia, España, Italia, Alemania, entre otros países europeos, expresaron ayer su indignación por el bombardeo de la OTAN que dejó 90 muertos en Afganistán. El reclamo ocurrió en momentos en que la UE planea exigir un mayor esfuerzo a los afganos para luchar contra la corrupción y avanzar hacia el Estado de derecho.
Reunidos en Estocolmo, los ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea (UE) abogaron por una rápida investigación sobre el bombardeo de la Alianza Atlántica contra dos camiones cisterna robados por los talibanes en la provincia norteña de Kunduz, en una operación ordenada por un oficial alemán.
Berlín, no obstante, justificó la orden alegando que los talibanes entrañaban un peligro para sus tropas. Fue un “ gran error” , declaró el ministro francés de Relaciones Exteriores, Bernard Kouchner. La estrategia en Afganistán debe ser “trabajar con el pueblo afgano, no bombardearlo”.
Para el ministro italiano Franco Frattini, “se trata de actos terribles que no deberían producirse nunca ”. El español Miguel Ángel Moratinos resumió el tono con el que los ministros abordaron el bombardeo: “La mayoría expresó su preocupación y algunos pidieron que se investigue y se procure no tener pérdidas civiles”.
“ Esperamos los resultados de la investigación” prometida por la OTAN, señaló por su parte el ministro sueco, Carl Bildt, cuyo país ejerce la Presidencia de la UE.
No obstante, el ministro alemán de Defensa, Franz Josef Jung, justificó el bombardeo. “Cuando a seis kilómetros de nosotros, los talibanes se hacen con dos cisternas de gasolina, ello supone un gran peligro para nosotros”, declaró.
La controversia sobre el ataque ensombreció el debate que los ministros europeos mantuvieron sobre la estrategia de los occidentales en Afganistán y su relación con el futuro Gobierno.
Los afganos lloran a sus muertos
Los afganos lloraban ayer a sus muertos en el ataque de la OTAN, que el viernes causó un número récord de víctimas y reavivó las protestas por las muertes de civiles, causadas por las fuerzas occidentales en sus ocho años de guerra contra los talibanes.
Los bombardeos destrozaron dos camiones cisterna que robados los talibanes en un momento en el que, según testigos, un grupo de aldeanos se había precipitado hacia los vehículos para recoger carburante gratuito a invitación de los insurgentes.
Las autoridades afirmaron que los muertos eran principalmente insurgentes, pero el presidente afgano Hamid Karzai -que encabeza los resultados parciales de unas elecciones presidenciales denunciadas como fraudulentas- dijo que tomar como objetivo a la población civil era inaceptable. Su oficina cifró en 90 el número de muertos y heridos.
Ayer se celebraron oraciones por las víctimas en una decena de pueblos de los que eran naturales los muertos en la provincia norteña de Kunduz, donde el ambiente estaba muy cargado, según relataron los testigos.