Una explosión despertó ayer, a las 04:30, a los vecinos del barrio El Vergel, en el nororiente de Ibarra.Era la primera vez que en este tranquilo sector se hablaba del estallido de una bomba de bajo poder. Los pobladores creen que pudo ser una retaliación de la guerrilla colombiana, un posible ajuste de cuentas o un ataque xenofóbico, por su nacionalidad.
Desde hace un año, en la zona viven 30 familias colombianas (unos 60 niños, mujeres y hombres). Ellos aseguran que hace cinco días, en las paredes de sus casas aparecieron escritas con pintura negra frases como: “Colombianos refugiados, milicianos desertores, sapos del estado>boom”, dijo Julio N.
Según este foráneo, la comunidad presentó una queja en la Policía y solicitó protección, mientras se realizan las investigaciones. “Los uniformados se dan sus vuelticas por aquí, pero no nos sentimos protegidos”, refiere.
Todos los extranjeros, de este conjunto de casas separadas y antiguas, tienen historias similares. Afirman que tuvieron que escapar de Colombia tras recibir amenazas de muerte.
En Ecuador, no gozan de buena reputación; y por la falta de empleo, algunas mujeres reconocieron que se ganan la vida como trabajadoras sexuales.
Esto genera rechazo de los vecinos del sector. La quinta donde se asienta el poblado está al final de la av. Víctor Hugo Jauregui. A lo largo de ella se construyeron en los últimos dos años modernos conjuntos habitacionales que transformaron ese sitio en una zona residencial.
Ellos dicen que el propietario de la quinta es también un ciudadano colombiano y visita muy poco ese lugar.
“Por dos cuartos pagamos USD 30 mensuales. Tenemos miedo y pensamos en salirnos de acá para evitar una desgracia mayor”, dijo María B., una de las extranjeras.
La Policía Judicial, de su lado, asegura que se realizan controles permanentes en este sector y se indagará quién colocó la bomba.
La Policía investiga
Los responsables de Acnur de Ibarra evitaron hablar. En la PJ se descartó que el incidente fuera causado por la guerrilla. Los investigadores sospechan que se trata de una venganza personal.
La Policía recogió los restos del artefacto explosivo de bajo poder. El jefe del Comando número 12, Fernando Zárate, no reveló mayores detalles.