La Paz, DPA
El presidente boliviano, Evo Morales, reafirmó hoy su lucha antiimperialista y recordó que fue víctima de la embajada de Estados Unidos en Bolivia cuando impulsó su expulsión del Parlamento el 22 de enero de 2002.
Morales, en su discurso de posesión de su segundo mandato, relató varios episodios de su vida donde según dijo funcionarios de la embajada estadounidense pretendieron marginarlo de la actividad sindical como dirigente de las seis federaciones productoras de la hoja de coca del trópico de Cochabamba.
También aseveró que el ex embajador estadounidense, Manuel Rocha, instruyó al gobierno de Jorge Quiroga Ramírez la expulsión de Morales del Parlamento sin justificación alguna, tal como estableció posteriormente el Tribunal Constitucional de Bolivia.
“Hasta me compararon con Osama Bin Laden y me llamaron narcotraficante, pero se equivocaron porque los embajadores de Estados Unidos han sido (los) mejores jefes de campaña para este proceso revolucionario”, dijo.
Morales expulsó en septiembre de 2008 al embajador estadounidense, Philip S. Goldberg, por injerencia en temas políticos, y dos meses después frenó por completo las actividades de la agencia antidrogas de los Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) en Bolivia.
Pero la administración de Barack Obama intenta en la actualidad un tímido acercamiento con Bolivia para restablecer relaciones diplomáticas sobre la base de una nueva agenda de trabajo.
La Secretaria de Trabajo, Hilda Solís, enviada de Obama a los actos de La Paz, se reunió la noche del jueves con el canciller boliviano, David Choquehuanca, para establecer un acuerdo preliminar que permita proseguir con una ronda de acercamiento entre los gobiernos de La Paz y Washington.
“Existe el compromiso de continuar con el trabajo, de hacer nuestros lazos más fuertes bajo el principio del respeto y buscando la meta de un mundo más justo y democrático”, dijo Solís.
Bolivia, a través del canciller Choquehuanca, pidió a Estados Unidos un diálogo respetando la soberanía pero sin injerencia en asuntos internos, aplicando el principio de responsabilidad compartida y trabajando de manera coordinada en la lucha contra el narcotráfico.