En medio de un fuerte debate nacional por una nueva norma que amplía la superficie de plantaciones legales de hoja de coca, el gobierno de Bolivia presentará ante la ONU su nueva ley antidrogas, anunció este lunes 6 de marzo una alta fuente oficial.
Una misión boliviana, encabezada por los titulares de Gobierno (Interior) y de Relaciones Exteriores, va a presentar la nueva legislación en el “61º período de sesiones de la Comisión de Estupefacientes de Naciones Unidas”, que sesionará del 13 al 15 de marzo, en Viena, dijo el viceministro de Defensa Social, Felipe Cáceres.
La nueva norma, que será promulgada el miércoles tras su aprobación congresal, remplazará a una antigua ley de 1988, en medio de fuertes críticas de la oposición y sectores sociales, que creen que un incremento en los cultivos de coca -insumo clave para la cocaína- irán a parar al narcotráfico.
Según Cáceres, “pusimos esta meta de las 22 000 hectáreas (la antigua ley autorizaba 12 000 NdR) para que el Estado nacional tenga control sobre ellas mismas y lleve adelante nuestra política de lucha contra las drogas en todo el territorio nacional, en este caso evitando que no haya coca excedente que alimente la actividad del narcotráfico”.
El gobierno aduce que unas 14 000 hectáreas serán destinadas al acullico (ancestral mascado para mitigar el cansancio) y unas 7 000 para su industrialización “con fines estrictamente de uso médico y farmacéutico”, señaló Cáceres. La exportación de la planta está prohibida por la Convención de Viena de 1960.
Con la nueva norma, Bolivia deberá tener 14 300 hectáreas en la región de los valles subandinos de Yungas, donde se siembra desde tiempos precolombinos, y 7 700 en la región de Chapare, en el centro del país, donde Morales fue dirigente y comenzó su vida política.
“Los informes de instituciones como la Unión Europea o de la ONU indican que el 90% de la coca del Chapare va al narcotráfico y eso quieren legalizar”, deploró el expresidente Jorge Quiroga.
Un dirigente cocalero de los Yungas, Javier Coco, aseguró también que la hoja de coca del Chapare “no se destina al mercado tradicional”.
Un estudio del gobierno de 2013, financiado por la Unión Europea, señala que la demanda legal de la coca, para infusión, mascado y rituales religiosos, sólo es de 14 700 hectáreas.
Bolivia es tercer productor mundial de coca y cocaína, según datos de las Naciones Unidas, después de Colombia y Perú.