Hoy entra en vigencia el Manual de buenas prácticas comerciales entre supermercados, negocios similares y sus proveedores. Para los clientes de estos negocios, este Manual se traducirá en una mayor variedad de productos y transparencia en los precios de venta.
Estas regulaciones fueron emitidas por la Superintendencia de Control de Poder de Mercado y son de cumplimiento obligatorio para negocios como bodegas, tiendas grandes, micromercados, etc., que comercialicen alimentos, bebidas y artículos de higiene.
Los 64 integrantes de la Asociación de Comerciantes de Abastos (Asocam) del Mercado Mayorista tuvieron un acercamiento al Manual hace un mes, tras capacitación realizada por la Superintendencia.
José Ambuludí, presidente de este gremio, explicó que uno de los temas que más llamó la atención fue que al firmar un acta de entrega – recepción de productos, el dueño de una tienda o bodega asume la total responsabilidad.
Por ejemplo, si recibe varias cajas de aceite y una se daña o rompe, no podrá devolverla al proveedor. “No puede haber cambios por mal manejo de la mercadería. Esto es para manejarse con más eficiencia”.
Para las autoridades, la norma busca proteger a los proveedores de abusos por parte de los compradores. La Superintendencia hizo un diagnóstico del comercio de abastos con más de 1 300 operadores económicos y detectó abusos recurrentes, dijo Marcelo Ortega, superintendente subrogante.
La demora en el pago es uno de los problemas frecuentes. Los proveedores recibían el dinero después de 90 o 180 días de haber entregado su producto. Y eso ocurría incluso entre proveedores, cuando uno pequeño vendía a otro más grande, el cual abastecía luego a los grandes comercios.
Por ello, el Manual estableció plazos de pago, en función del monto de la venta. Si un proveedor entrega productos por hasta USD 5 000 a tiendas grandes, bodegas, micromercados, supermercados, etc., le tendrán que cancelar el dinero máximo en 15 días.
Miguel Paredes está de acuerdo con la normativa. Él es dueño de Charlie&Charlie, un local de confites y bebidas ubicado en La Concepción y cuenta que paga a la mayoría de sus proveedores de contado. “Es mejor así para evitarse problemas. A los clientes ofrezco productos que cumplen con todas las regulaciones y que tienen marcado el precio final en sus etiquetas”.
Juana Morales, de la bodega Santa Anita, en el mercado de Andalucía, añade que ahora todo, especialmente si ya está empacado, viene con el precio marcado. Únicamente productos como la harina, granos en sacos o artículos al granel de proveedores pequeños no tienen precios marcados. En este caso la alternativa es colocar en un pizarrón los precios definitivos de los artículos.
Para consumidoras como María Silva, quien compra en diferentes tiendas de La Concepción, esto es importante porque evitará que los comerciantes saquen provecho de la falta de información y cobren precios más altos de los reales.
Antonio Méndez es otro cliente en La Concepción y le preocupa que negocios medianos o grandes no tengan en percha mucha variedad de productos, sino solo de los proveedores más grandes.
Con el Manual que rige desde hoy, 1 de noviembre, esta situación puede cambiar, ya que los comercios deben mostrar, en igualdad de condiciones, los artículos de todo tipo de proveedores. Asimismo, no debe haber perchas o sitios de exhibición preferenciales para artículos de marcas determinadas.
En un recorrido que realizó este Diario por diferentes bodegas y tiendas grandes de Quito pudo apreciar que los negocios tenían estantes, frigoríficos, entre otros sitios de exhibición, con cosas exclusivas.
Comerciantes que prefirieron la reserva comentaron que ciertas marcas no dejan exhibir productos de otras marcas en los estantes que les entregan.
Ortega indicó que esto no está permitido por el Manual, así como tampoco el pago por exhibición de artículos o el pedido de regalos a proveedores.
En la bodega de Silvia Guzmán, en el mercado de Andalucía, se exhiben artículos de todo tipo en las diferentes perchas. Ella asegura que, incluso, compra los productos a proveedores pequeños desde hace varios años.
No olvide
Los precios de los productos deben ser los finales. Deben estar escritos de forma clara y legible.
Fíjese en que la etiqueta de los productos tenga el contenido nutricional, la fecha de expiración, entre otros.
Si hay ofertas en un local, el precio debe ser el mismo que conste en la factura, salvo excepciones que fije la norma.
Las denuncias por abusos de los negocios las recepta la Superintendencia en el número 02 395 6010.