Mahmud Mansur y Maral Malka eran hasta hace una semana una pareja desconocida por el público en Israel, hasta que la invitación a su boda llegó a las redes sociales y desató una tormenta.
Es que no todos los días –aunque por cierto no es esta la primera vez– contraen matrimonio un joven árabe musulmán, ciudadano de Israel, y su elegida, una joven israelí, judía, que por amor a él se convirtió al islam.
La celebración de su enlace terminó convertida en un problema a raíz de la protesta lanzada por la organización Lehava, un grupo de extrema derecha, cuyos miembros pretenden “impedir la asimilación en la Tierra Santa”.
El problema radica en que sus planteamientos contra parejas mixtas tomó un cariz radical, cuando varios miembros de la organización exigieron manifestarse frente al salón de fiestas. Un tribunal permitió que la protesta tenga lugar a no menos de 200 metros del lugar de la boda.
“Dimos una lección a los izquierdistas sobre libertad de expresión en democracia”, dijo Itamar Ben Gvir, un conocido extremista de derecha, quien representó a la organización ante la justicia, a raíz de la apelación del novio contra la protesta.
En la polémica participó inclusive el propio presidente de Israel, Reuven Rivlin, quien opinó al respecto en Twitter: “Hay una línea roja que pasa entre la libertad de expresión y de protesta, y la incitación. Mahmud y Maral, de Iafo, decidieron contraer matrimonio y mantener su libertad en un país democrático. Las expresiones de incitación contra ellos son preocupantes, independientemente de cuál sea mi posición o la de otros, sobre el tema en particular”.
La zona de la fiesta, el domingo por la noche, se convirtió en un escenario de choques frontales con la Policía, cuando algunos extremistas intentaban entrar al salón. En la vereda de enfrente, un grupo de ciudadanos se apostó para defender el derecho de la pareja a decidir sobre su destino.