Según una propuesta del BID, Ecuador debería contar con un modelo de mayor apertura comercial y atracción de inversión extranjera para la sostenibilidad de la dolarización. Foto: Archivo AFP
Un estudio del BID difundido este martes 6 de noviembre del 2018 en Quito sugiere la aplicación de políticas y estrategias para intentar revertir el estancamiento estructural que según el organismo arrastra Ecuador desde las últimas dos décadas del siglo pasado.
En la investigación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), titulada Reformas y Desarrollo en el Ecuador Contemporáneo, participaron más de 25 especialistas con estudios sobre las principales reformas aplicadas para “revertir el estancamiento económico de los años ochenta y noventa”.
El BID es una de las principales fuentes de financiación de Ecuador, con una amplia cartera de proyectos y una importante asistencia técnica, que en el pasado contribuyó a impulsar varias de las reformas analizadas en el documento.
Esas reformas intentaron aumentar la cobertura y calidad de las infraestructuras, reducir la pobreza e impulsar el crecimiento económico de la clase media, señala un extracto del estudio.
El organismo advierte del prolongado y profundo efecto del choque petrolero (bajada de los precios) registrado en 2014 en Ecuador, lo que dejó en evidencia que el modelo de desarrollo que gradualmente se había conformado en el país ya no era sostenible.
El estudio sugiere algunas medidas de política pública que, a criterio del BID, permitirían que el país andino retorne a una senda de crecimiento sostenido.
En el corto plazo plantea profundizar un proceso de saneamiento macroeconómico, pero reconoce que el país también necesita sentar las bases para que las políticas macroeconómicas jueguen un papel de estabilización en lugar de amplificar los ciclos críticos.
“También es necesario poner en marcha políticas que ayuden a mitigar las distorsiones que afectan a la asignación de los factores de producción en el país y potenciar la inversión privada como motor del crecimiento y de la productividad”, precisa el informe.
Propone un modelo de mayor apertura comercial y atracción de inversión extranjera, con el fin de reforzar la sostenibilidad de la dolarización, adoptada por Ecuador en el 2000.
Subraya que si bien la fuerte inversión en infraestructura de la última década ha tenido resultados notables, la brecha de obras en el país “sigue siendo enorme”.
“Se estima que requeriría una inversión adicional de aproximadamente 2,5 veces el PIB (producto interno bruto) para converger al nivel de los países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE)”, precisa el informe.
Ante la imposibilidad de que por el factor fiscal Ecuador por sí solo pueda alcanzar esas metas, el estudio sugiere “aumentar la eficacia y eficiencia de su sistema de inversión pública y promover las asociaciones público–privadas (APP) para cerrar la brecha de infraestructura”.
Plantea, además, un fortalecimiento institucional integral en el sector del transporte, mientras que en los capítulos de “agua y saneamiento” sugiere “revisar los marcos tarifarios y fomentar una mayor participación de los operadores privados para lograr la cobertura universal”.
En energía advierte de que “se explora el potencial de ahorros fiscales que supondría la eliminación progresiva de los subsidios a los combustibles”.
Dado los grandes avances en los indicadores sociales de los últimos años, el estudio recomienda que la consolidación fiscal no se opere en detrimento de la inversión social y que se tomen medidas para focalizar y mejorar la calidad de ese gasto.