Íngrid Betancourt, secuestrada desde el 2002, y otros 14 rehenes, fueron rescatados por un operativo militar en las selvas del sureste de Colombia, el 2 de julio del 2008.
Betancourt mostró un aparente buen estado de salud, llegó vistiendo un sombrero y un chaleco de camuflaje y se abrazó al pie de la escalerilla del avión con su madre,Yolanda Pulecio, y su esposo, Juan Carlos Lecompte. Los militares que se hicieron pasar por guerrilleros se camuflaron de tal manera que varios de ellos usaban camisetas con la imagen del Che Guevara, relató la ex candidata presidencial. Según Betancourt, la operación comenzó al amanecer cuando los cautivos fueron informados por sus captores de las marxistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que iban a ser trasladados. Betancourt dijo que ni los custodios ni los cautivos sospecharon de la operación de rescate.
Solo se enteraron de que fueron salvados cuando estaban en el aire y uno de los supuestos guerrilleros que los había recibido les gritó: “Somos el Ejército de Colombia, ustedes están libres”. Entonces, el alborozo de los liberados fue tal que “el helicóptero casi se cae, porque brincamos, saltamos, gritamos, esto fue un milagro de Dios. Esto es una operación sin antecedentes en el mundo”.
Betancourt agradeció al gobierno del presidente Álvaro Uribe y al ministro de Defensa Juan Manuel Santos, porque, según dijo, “si no hubieran tomado el riesgo que tomaron, nos hubiéramos quedado quién sabe cuántos años más en ese calvario que vivimos”.
Con la liberación de los 15 rehenes quedan aún en poder de las FARC otros 24 secuestrados, entre ellos tres políticos y varios militares y policías, algunos de ellos con más de 10 años de cautiverio. “Esto es un orgullo para todos nosotros, colombianos, no hay antecedentes históricos de un rescate tan perfecto.”
Agradeció también por la intermediación realizada por Chávez y RafaelCorrea. Finalmente enfatizó que “los colombianos eligieron a Álvaro Uribe, no a las FARC”.