Bestuzhev es un cazador de virus

Andrea Rodríguez Burbano. Editora

A los 12 años tuvo su primera computadora, de 10 megabytes de disco duro, y a los 14 creó su primer programa antivirus.

La curiosidad de Dmitry Bestuzhev y el tiempo que dedicaba a conocer cada una de las funciones del equipo lo convirtieron, en poco tiempo, en un as de las computadoras.  

Las matemáticas que aprendió en su colegio, en Ujtá, una ciudad rusa reconocida por su producción de gas y petróleo, fueron determinantes.

Gracias a los conocimientos matemáticos pudo programar la herramienta antivirus y conseguir que funcionara. No fue un trabajo en solitario; en el desarrollo también participó uno de sus mejores amigos del colegio. Para comprobar si  la herramienta  servía, insertaron un disquete con juegos en una computadora y una vez instalado, el antivirus detectó que el dispositivo contenía un código malicioso. “Sentimos una alegría enorme; el programa funcionaba”.

Este joven ruso, que vive desde hace seis años en Quito, es un cazador de virus informáticos.

No hay código malicioso que escape a su escrutinio. Fue entrenado para hurgar en el código fuente (las instrucciones de los programas) y determinar si tiene debilidades y de qué tipo.        

Integra el equipo internacional de analistas de virus de la organización multinacional Kaspersky, especializada en seguridad informática. 

El trabajo de Bestuzhev, de 29 años, consiste en monitorear las amenazas y estudiarlas para combatirlas. Se ufana porque los cibernautas aprendan a anticipar y defenderse de los potenciales peligros informáticos. 

Fabio Assolini, su colega, comenta que el trabajo de Bestuzhev no es fácil. “Es responsable de la detección temprana y análisis de los programas maliciosos que afectan a los usuarios de América del Norte y Sur. Él es un apasionado por su trabajo”.

Jairo Revelo, ingeniero informático, considera que hay pocos especialistas en antivirus como Bestuzhev tan entregado a su oficio. “Cuado Dmitry llegó a Ecuador fue el representante de Dr. Web un programa antivirus”.       

Bestuzhev es autor de varias investigaciones. Publicó un estudio sobre los riesgos a los que se exponen los usuarios ecuatorianos que utilizan redes inalámbricas (Wi-Fi) poco seguras.

También desarrolló un trabajo  titulado: ‘Brasil, tierra fértil de troyanos’. Los troyanos son programas potencialmente peligrosos que se ocultan dentro de otro para evitar ser detectados e instalarse de forma permanente en el sistema informático.

Según este joven ruso el código malicioso en América Latina se caracteriza por tener un objetivo diferente a los que se originan en otras regiones.

 “Mientras en el resto del mundo la mayoría busca formar grandes redes de computadoras infectadas, en Latinoamérica el delincuente va por una retribución inmediata, sin intentos de construir un negocio a futuro.

Ahora desarrolla una investigación para determinar  cuál es el código malicioso que predomina en Ecuador. Assolini comenta que Bestuzhev es un gran conocedor de la buena cerveza, sabe tanto de esta bebida como de los virus.

Pero también es aficionado a la cocina. Aunque su esposa es ecuatoriana y preparan más platos típicos de Ecuador, busca la ocasión para recordar los sabores de su tierra natal.    

Una de las tareas a la que más tiempo dedica es al análisis de los códigos de distintas herramientas. Solo así puede conocer si tienen debilidades que permitan a otros robar información del usuario cuando utiliza un programa determinado.

Olga Korenbaum comenta que su colega es incansable cuando se trata de analizar un nuevo virus. Puede trabajar más de 10 horas continuas. Pese al intenso trabajo, Bestuzhev reserva unas horas en la maña para hacer deporte. Suele trotar en el Parque Metropolitano.

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