Imagen referencial. Una bebé sufrió una parálisis cerebral debido a la desnutrición causada por la estricta dieta vegana administrada por sus padres. Foto: AFP
Durante casi un año, una bebé fue sometida a una estricta dieta vegana administrada por sus padres. La falta de nutrientes en el organismo de la infante tuvo consecuencias trágicas: sufrió una parálisis cerebral que la mantuvo en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de una casa de salud en Australia. La pareja fue procesada penalmente y se declaró culpable a principios de septiembre del 2020. El Tribunal emitió una sentencia de semanas de trabajo comunitario para ellos.
En agosto de 2018, según reporta el portal informativo The Age, el padre y la abuela de la niña la llevaron a la unidad de emergencias del Hospital Geelong, en Australia. Tras una evaluación médica, especialistas descubrieron que la bebé tenía moretones y erupciones en su cuerpo, su piel estaba descolorida y sentía dolor por múltiples heridas abiertas.
La bebé fue trasladada a la UCI del Royal Children’s Hospital y el equipo médico estableció que tenía un sangrado interno, además de que sus heces tenían sangre y su peso era muy bajo para sobrevivir. Allí permaneció internada durante un mes.
Durante la audiencia de juzgamiento, el fiscal Justin Lewis desentrañó el caso y afirmó que los galenos hallaron que el cuadro sintomático de la bebé estaba vinculado directamente a la desnutrición de la niña. En consecuencia, la parálisis cerebral que padece precisamente fue un efecto de la mala alimentación.
“La bebé tiene parálisis cerebral como resultado de una lesión cerebral secundaria a la desnutrición” rezaba en uno de los documentos oficiales presentados en el juicio.
Los padres fueron aconsejados más de una vez por médicos, quienes rechazaban que se brinde a la bebé una alimentación solo con base en plantas. Sin embargo, los progenitores no hicieron caso.
La pareja compareció ante el Tribunal de forma remota y se declaró culpable, aunque ambos padres dijeron que la medicina convencional “no los entendía”.
Según la abogada Jane Warren, defensora de la madre, su cliente tomó un rol más pasivo y que el padre, en cambio, era quien tomaba las decisión sobre la nutrición de su bebé.
Julia Munster, jurista que defendió al progenitor, dijo que él era el principal seguidor de la dieta vegana y no confiaba en la ciencia médica ortodoxa. El hombre habría buscado sustitutos nutricionales en el extranjero.
Las secuelas que la mala nutrición causaron en la pequeña, que ahora tiene 3 años, son graves. Aunque vive con su madre, necesita de atención médica todos los días.