Redacción Cultura
Ecuador Jazz 2010 continúa con su programación 2010. En su sexta edición, este encuentro de música no ha dejado de sorprender con su ‘beat’ al público capitalino.
Ya sea desde la voz, los vientos, las cuerdas o la percusión, las vibraciones musicales han hecho sentir en los espectadores la fuerza de la fusión y la intensidad de los nuevos caminos que toma uno de los géneros más representativos del siglo XX.
Fin de semana con Jazz
La charla magistral de hoy la conducen Petra Magoni y Ferruccio Spinetti, de Música Nuda. 10:00, en el Variedades.
Los ensambles Mango Blue y Puerto Candelaria interpretan esta noche (20:30) la fusión del jazz con los ritmos afrocaribeños. En el Teatro Sucre.
Mañana sonarán el trombón de Jeff Galindo (EE.UU.) e IMC Big Band (Ecuador). T. Sucre. 20:30.
Por sobre las tablas del Teatro Sucre ya pasaron el jazz flamenco del trío español D’3, los matices vocales de la estadounidense Cathy Elliot, el dinamismo con los estándares clásicos jazzísticos del francés Julien Brunetaud, las tonalidades variables del saxofón de Kristian Brink, y la fusión latinoamericana con el grupo ecuatoriano Pies en la Tierra.
Para ayer por la noche estaba prevista una función de dúos. Primero el franco ecuatoriano Iguazú, de María Tejada y Ronald Regnier. Luego, el italiano Música Nuda, conformado por Petra Magoni (voz) y Ferruccio Spinette (bajo), que guarda un particular estilo de variaciones y distancias rítmicas para jugar con el rock, el jazz, la canción y la música clásica.
Algunos han repetido función en el Teatro México.
A la par de los recitales, pero en horario matutino, los artistas invitados han compartido sus conocimientos y búsquedas musicales con los aficionados ecuatorianos. Todo ello dentro de la programación de las charlas magistrales.
Jorge Pardo, Francis Posé y Roper Vásquez, de D’3, iniciaron este ciclo en el Teatro Variedades, el lunes pasado. Después fue el turno de Brink y de Brunetaud. Ayer, el ensamble internacional Mango Blue, dirigido por el ecuatoriano Álex Alvear, respondió las preguntas del público y realizó un recorrido de fusión por varios ritmos caribeños y andinos.
En un momento, la charla se centró sobre el diálogo entre los tambores, según su resonancia: más aguda o más grave, las importancias ceremoniales y armónicas que recaen sobre los diversos tipos de este instrumento de percusión y su evolución conjunta con los ritmos afros.
Tras abordar la importancia de la clave de son en la composición y comprensión de la salsa y los ritmos que la componen, Alvear insistía ante el público (cerca de 60 personas) que “para llegar a los ritmos a los que evolucionó el jazz y la música caribeña es necesario retomar los orígenes, las raíces. Conocer los clásicos es la base. No se puede construir el décimo piso y obviar los nueve anteriores”, dijo el músico nacional.