Las concentraciones que se realizan en la avenida De los Shyris causan molestias. Foto: EL COMERCIO
Las concentraciones que se realizan en la avenida De los Shyris causan molestias a los moradores que viven y trabajan cerca de este lugar. El principal inconveniente está relacionado con el tránsito. La noche del viernes 12 de junio esta situación fue evidente.
Desde las 15:00, los manifestantes se aglutinan frente a la tribuna. Minutos después, los agentes de tránsito cierran la avenida De los Shyris desde la Portugal hasta la República de El Salvador. Los carros que están estacionados sufren daños por las personas que se reúnen para manifestarse.
Carlos Rosales, médico, manifestó que el jueves le robaron los retrovisores de su Hyundai Tucson. “Esto es vandalismo”, afirmó.
Los oficinistas y residentes del sector tienen problemas para sacar sus vehículos. Johanna Becerra se demoró dos horas para salir debido a que un grupo de personas estuvo frente al edifico Carolina Plaza. “Esto es un horror”, dijo.
Pero los inconvenientes afectan al tránsito en general. Siete líneas de buses son desviadas de sus rutas. Los cooperativas Alborada, Monserrat, Quiteño Libre, Atahualpa, Vencedores, Águila Dorada, Catar y Colectrans no pueden transitar por sus rutas normales.
De sur a norte son desviados por la avenida República de El Salvador y de norte a sur deben tomar la avenida Amazonas. Andrea Calispa camina hasta siete cuadras para tomar una unidad que la lleve a su casa, en Carapungo.
Julio Puga, director de Operaciones de la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT), dijo que la noche de este viernes participaron 36 agentes en el operativo del cierre. El tráfico se intensificó debido a que los manifestantes contrarios al Gobierno marcharon por las vías aledañas al parque La Carolina.
El segundo problema es la suciedad que se deja tras las manifestaciones. Cientos de tarrinas, fundas y botellas quedan en el piso. El excremento de los caballos que se usan para desalojar la zona empeora el panorama. La pestilencia es otra molestia.
Por otra parte, la rutina de los deportistas cambió. Álex Zak no puede trotar porque la ruta que usa está invadida de manifestantes. “Me toca ir por medio del parque, pero es peligroso”. A otros atletas, como Berenice Brown, no les incomoda y cuando pasan cerca de los manifestantes se toman un respiro para ver lo que sucede.
El cuarto inconveniente es el relacionado con el descanso de los moradores, especialmente los que viven en la zona de influencia de la avenida De los Shyris. La bulla, los gritos y las arengas alteran el descanso de las familias, principalmente de los escolares y colegiales.