El baloncesto merece más impulso de las organizaciones deportivas. Las 10 000 personas que asistieron a la final del Sudamericano femenino, entre Ourinhos, de Brasil, y la UTE, de Ecuador, que concluyó anteanoche en el coliseo Rumiñahui, evidenció que es el segundo deporte del país. Pero esa inyección que pusieron los aficionados en la última semana debe ser aprovechada por la dirigencia para potenciar los campeonatos provinciales y nacionales.
Hoy ya no hay que jugar torneos apurados de dos o tres meses; hay que ir a la raíz; es hora de reestructurar el baloncesto en el país y para eso hay que exigir a las asociaciones provinciales que repiensen los formatos y que impulsen un proyecto que incluya a colegios y escuelas, con el respaldo económico de las federaciones deportivas provinciales. Es vital aprovechar esa sinergia.