Las obras en el complejo Legislativo arrancaron en el 2012 y desde esa fecha se cerró un tramo de 111 metros en la avenida Seis de Diciembre. Foto: Vicente Costales/ EL COMERCIO
Atravesar la Seis de Diciembre en vehículo o a pie, al menos en el tramo de las calles Piedrahíta y Juan Montalvo, es imposible desde hace siete años. Justo en ese punto nació, en la década de los 20, esta avenida emblemática de Quito.
El cierre de 111 metros llegó con las obras de ampliación del complejo Legislativo. En aquella ocasión se dijo que sería provisional hasta construir unos parqueaderos para la Asamblea. La intervención arrancó en el 2012; antes, incluso se demolió el edificio de los juzgados de la capital.
Luego vino el abandono del barrio El Belén. Algunos negocios cerraron, otros quebraron, recuerda el sacerdote Froilán Serrano, párroco de la iglesia del sector. El templo también fue otro de los damnificados, tanto que “ya ni feligreses llegan al santuario del Señor de Los Remedios y el número de matrimonios bajó de cinco a uno al mes”, agrega.
El religioso asumió como suyo este problema y en una de las paredes de la parroquia colocó una gigantografía pidiendo: “… ya devuelvan la av. Seis de Diciembre”. Y al otro costado, hace un mes, ubicó un mapa también de grandes dimensiones.
En ese plano se informa sobre los trabajos que, desde el 1 de octubre, arrancarían en el tramo cerrado de la Seis, entre Piedrahíta y Juan Montalvo.
Aquello fue posible, según el padre, por las gestiones que hicieron los integrantes del comité del barrio en la Asamblea.
Los pedidos fueron extenuantes, cuenta Galo Bayas, presidente de la agrupación, pues incluso los hicieron a las autoridades municipales. En los dos últimos años sus reclamos fueron persistentes: 49 comunicaciones a los funcionarios del Municipio.
En la parroquia El Belén se colocó una gigantografía pidiendo: “… ya devuelvan la av. Seis de Diciembre”. Foto: Vicente Costales/ EL COMERCIO
Mientras tanto, subraya, “el barrio, que fue la antesala jurídica de todos los quiteños, se convirtió en un cementerio de vivos”. Antes que empezaran las obras del complejo Legislativo, 2 700 abogados tenían sus despachos entre La Alameda y la Casa de la Cultura; en la actualidad quedan 210.
Para el 6 de diciembre (día de la fundación española de Quito) se haría la apertura oficial del tramo cerrado, pero solo para el paso peatonal y de bicicletas. La aspiración fue que sea carrozable, pero “algo es algo”, añade el religioso.
Las gigantografías que están en las paredes del templo las retirará solo al día siguiente de la ofrecida inauguración, alerta el sacerdote. Ahora estará atento a las obras.
Pero esos trabajos van porque van, asegura Gloria Larenas, coordinadora general de Planificación de la Asamblea Nacional. Porque “es una prioridad de la institución dar cumplimiento a una norma”, ya que ese tramo de la Seis de Diciembre está apalancado con la Ordenanza municipal 256, del 30 de mayo del 2012.
La planificación arquitectónica se hará según se dispone en el documento; es decir, se colocarán jardineras en los 111 metros cerrados y se hará la reposición de pisos de adoquín.
También, se pondrán bordillos, reflectores, cámaras, reparación de bordillos con hormigón, bases de columnas con tubos de hormigón.
Se sumará un paso elevado para conectar los dos predios de la Asamblea: Palacio Legislativo y antiguo Palacio de Justicia, más la Casa Lasso-Conto.
Esa intervención no interrumpirá el paso del bulevar de la Seis de Diciembre, explica Clipto Fernández, arquitecto encargado del proyecto del complejo Legislativo.
Y agrega que dentro de la obra está considerada la peatonalización de todo el interior, que comprende el predio de la Asamblea (entre Piedrahíta y Juan Montalvo). Se llamará Paseo Peatonal Seis de Diciembre o Eje de Fuego.
Históricamente, esta avenida nació en el límite norte del parque La Alameda y su origen está vinculado a las quintas construidas en el sector de La Mariscal, a inicios del siglo XX. En los planos de 1922 y 1932, se llamaba Mariano Aguilera.
Este personaje fue un filántropo quiteño que dejó una casa con el objetivo de que de las rentas que genere se destinen a premiar a las mejores obras de arte del país, recuerda Patricio Guerra, cronista de la Ciudad.
Luego recibió el nombre que alude a la fundación española de la ciudad: Seis de Diciembre. Esa denominación se oficializó en 1964, con la Ordenanza 1053 sobre ‘Nomenclatura de las zonas, parques, plazas y vías de Quito’, señalan los documentos del Archivo Metropolitano de Historia.
Luego de algunos momentos de esplendor y deterioro, en el 2000 la avenida impulsó su imagen urbana, con el corredor exclusivo de transporte.