Chelsy María Ditta, alias Barbie morena, fue capturada en Bogotá. Foto: Archivo particular.
La familia de esta mujer, de 26 años, creía que era una exitosa universitaria y que sus logros en el modelaje habían sido tantos que por eso su situación económica era cada vez mejor. Ni siquiera sospechaban del carro último modelo en el que se desplazaba por la capital colombiana.
Hoy, la Policía puso al descubierto el origen de su éxito: Chelsy María Ditta tiene antecedentes documentados por al menos seis robos a residencias en el norte de Bogotá y unas 60 investigaciones que la involucran en otros hechos delictivos.
Las autoridades determinaron que la mujer venía de El Paso, un municipio cercano a Valledupar y que su familia la visitaba con regularidad en su casa en la localidad de Rafael Uribe.
Una de sus estrategias era prometer ser la mejor empleada doméstica de Bogotá. Se hacía pasar por una mujer desvalida que necesitaba recursos. En poco tiempo se ganaba la confianza de sus patrones y comenzaba siempre a hurtar objetos pequeños para no despertar sospechas.
Lo que han precisados las autoridades es que la mujer es morena, esbelta, de figura delgada, y que las zonas donde están documentados los casos de hurto son Chapinero, Teusaquillo y Usaquen.
El informe de la Policía
La Policía la describe como una mujer “de fina figura y llamativo cuerpo, ojos grandes y escasos 52 kilos”.
Para su familia, dice el boletín de la Policía, “era una afortunada e inteligente estudiante universitaria que obtenía importantes ingresos al alternar sus estudios con el modelaje”. Por eso, agrega el informe, “para nadie era sorpresa que recorriera la ciudad en un automóvil de color rojo, de su propiedad y modelo 2014, y que gastara importantes sumas de dinero a hermanos, primos familiares, en almuerzos y regalos en reconocidos centros comerciales de la ciudad.
Pero la Policía puso al descubierto que en realidad, detrás de la modelo y estudiante, se escondía “una experta timadora que fue capaz de engañar a decenas de personas fungiendo como una humilde provinciana que venía a la gran capital a buscar una oportunidad de vida”.
Según los investigadores, ganaba la confianza de sus patrones rápidamente, y también con prontitud, incluso dos días después de estar trabajando, detectaba dónde guardaban el dinero y las joyas. Solo hurtaba cosas pequeñas y de gran valor para no ser detectada.
Después les decía a sus patrones que debía ausentarse por una calamidad familiar, pero en realidad iba en busca de otro objetivo para robar.
La mujer, determinaron los investigadores, tuvo más de 50 números de celulares en los últimos seis meses para evitar ser detectada.
Fue capturada en el sur de Bogotá y presentada ante un juez para responder por los delitos de concierto para delinquir y hurto agravado.