Redacción Judicial
judicial@elcomercio.com
En el calabozo de la Policía Judicial (PJ) las horas pasan inadvertidas. En el subsuelo del edificio, los detenidos no distinguen cuándo se oculta o sale el sol. Tenía la impresión de que era de día, cuando ya eran las 20:00. El relato es de José Barberán, de 18 años.
Otros tres imputados
La Policía aseguró que Ignacio C., Antonio N. B, y Antonio N. P. también participaron en el asesinato del hincha de El Nacional. Las autoridades los buscan. Según los agentes, Ignacio C. viajó el 22 de junio a Brasil, junto con el equipo blanco, para asistir al partido que Liga jugó contra el Internacional. No regresó.
Antonio N. B. señaló, a través de un correo electrónico, que el día de la muerte de David Erazo no acudió al estadio y que es inocente. También que no pertenece a ninguna barra de fútbol. Él recuperó su libertad anteayer, tras permanecer 15 días detenido, primero en la PJ y luego en el Centro de Detención Provisional
(CDP) de Quito.
La Fiscalía lo señaló como presunto responsable de la muerte de David Erazo, hincha de El Nacional. Y la Policía lo expuso ante la prensa y sostuvo que él habría propinado dos puñaladas a Erazo en una riña, luego del partido entre Liga y El Nacional, el 20 de junio. Pero se basaron en la versión de un testigo que ocultó su rostro.
Por ello, Patricio Carrillo, presidente de la Corte de Quito, ordenó anteayer su liberación, porque “no existían los suficientes indicios para que siga en prisión”.
Ayer, a las 11:30, Barberán acudió con su abogado, Wilson Velasteguí, al Juzgado Segundo de lo Penal para solicitar que se anule su juicio ante el juez Luis Labre.
Él no se encontraba en su despacho, por lo que el documento fue sumillado en la secretaría. El pedido de nulidad del juicio se hizo sobre la base de los mismos argumentos que planteó la Corte de Quito, en su fallo del jueves.
Velasteguí señaló que su defendido no fue capturado en delito flagrante. Su arresto se dio seis días después del crimen. Además, en contra del joven solo existió una orden de arresto por 24 horas para indagación, pero en ese tiempo se lo llevó a una audiencia de confrontación de cargos y se inició un juicio, “con base en el testimonio del testigo que no tiene ni nombre”, refirió.
Barberán recordó que el peor momento de su detención lo vivió en el calabozo de la Policía Judicial. “El primer día un sargento de apellido Vaca me maltrató. Quería que me inculpara del crimen y decía que confesara quiénes eran los otros responsables, pero no entendió que yo no sabía nada”.
Esto lo desmintió Hugo Cartagena, jefe (e) de la Policía Judicial de Pichincha. El oficial aseguró que él estuvo el día de la detención y que constató que “no hubo maltratos. La Policía no actúa de esa forma. Si fuera verdad lo que dice el muchacho tendría marcas en su cuerpo como evidencia”.
El director nacional de la Policía Judicial, Rafael Yépez, coincide: “Hay que respetar a las instituciones. La Policía Nacional es una institución del pueblo y para el pueblo y hay que defenderla”, dijo. “Ya basta de tratar de desacreditar a una institución que lucha por la seguridad del país”.
Ayer, el abogado de Barberán se sorprendió al escuchar que maltrataron a su defendido. “Recién me entero, el muchacho está todavía traumatizado con lo que le pasó. Analizaré el caso para decidir cómo procederemos”.
Por ahora, agregó, “tenemos el sustento legal (el fallo del Presidente de la Corte de Quito), para que se acoja el pedido de nulidad del juicio”. El juez Labre tiene tres días hábiles para tramitar el recurso. Si su fallo no es favorable para Barberán, Velasteguí apelará a la Corte Nacional de Justicia.
Luego “veremos también si presentamos una demanda contra el Estado”, comentó la madre de Barberán, Mónica Queirolo.
En tanto, el joven sueña con terminar sus estudios secundarios, que se truncaron con la detención. Esta semana tiene previsto hablar con las autoridades de su colegio, para que le permitan rendir los exámenes finales de sexto curso. Después, planea estudiar Gastronomía en la universidad.
Dice que no le interesa seguir ninguna carrera relacionada con la defensa de las leyes. “La Ley es injusta. Hay muchas personas en
la cárcel que están detenidas sin razón. Solo quisiera que lo que me pasó no se repita”.