Los decomisos de droga son permanentes. En la foto inferior se ven fundas de heroína. Foto: Archivo/ EL COMERCIO.
En una caja había 14 quimbolitos y en otra caramelos. Las cargas estaban en los correos y en el momento en que iban a ser enviadas a sus destinatarios los canes descubrieron que allí estaban camuflados al menos dos kilos de heroína. Esta es una droga que los especialistas clasifican como “altamente adictiva”. Y en Ecuador ya se han visto casos de jóvenes atrapados por este narcótico.
El caso más dramático se registró justamente hace un año, cuando un niño de solo 14 años murió por una sobredosis de esta droga a la que también se la ha denominado ‘hache’.
Lo último que el menor pidió a su mamá, antes de morir, fue una hamburguesa y una cola. Luego le dijo que lo abrazara fuerte y falleció a las 06:30.
Lo único que reveló este caso es que las redes delictivas comenzaron a comercializar con fuerza esa sustancia ilegal.
El caso llegó a tal punto que hace dos días, el Gobierno anunció “tolerancia cero” a la tenencia de la heroína y exigió que sean más duras las condenas para los microtraficantes.
De hecho, la tabla sobre tenencia de drogas que rige desde julio del 2014 permite a los consumidores portar hasta 0,1 gramo de heroína y eso no acarrea ningún problema legal.
Es más, quienes son detenidos por venta en pequeñas cantidades pueden ir a la cárcel solo de dos a seis meses. La idea del oficialismo es que esa pena se endurezca hasta mínimo un año y el tema entró en análisis.
Lo que sucede con la heroína en el país se refleja en el IV Estudio nacional sobre uso de drogas en la población general.
En ese documento, de 79 páginas, se dice que a ese narcótico se accede más fácil que a la pasta base de cocaína, que es la más común en el país. Eso lo dijo el 15,9% de los 5,6 millones de encuestados a escala nacional.
Por eso, los policías aumentaron los controles. De allí que por esos mismos días en que se halló heroína entre caramelos y quimbolitos, los agentes también detenían a dos personas.
A las 22:00 de un lunes de mayo, agentes de la Unidad de Inteligencia de Antinarcóticos de Guayaquil interceptaron a los sospechosos. Eso ocurrió luego de que una denuncia anónima alertara que personas en un vehículo dorado llegarían hasta una gasolinera para negociar con un conocido expendedor de drogas en la ciudad. Después, al lugar arribó un taxi amarillo y sus ocupantes realizaron señales de luces.
Luego de eso, los autos salieron en caravana. Los carros pasaron el Puente de la Unidad Nacional, la av. Pedro Menéndez Gilbert, la av. Machala y llegaron a la 20 y Febres Cordero, en el Suburbio guayaquileño.
Fue allí cuando los sospechosos se dieron cuenta que eran perseguidos por los policías.
Los ocupantes impactaron a un patrullero y huyeron. Pero fueron arrestados los ocupantes del chevrolet dorado.
Los investigadores dijeron que en esos carros hallaron cuatro fundas cubiertas con cinta aislante de color negro y en el interior fundas plásticas transparentes que contenían al menos 4 091 gramos de la ‘hache’.
Un mes después de este caso, la Unidad Antinarcóticos decomisó 500 gramos más de este tipo de droga. Un persona que llamó al número 1800 Delitos denunció que un hombre de contextura gruesa vendía en la calle C, entre la 44 y la 45 (sur del Puerto Principal).
Policías de Inteligencia incursionaron en una casa y detuvieron a Milton G., de 36 años, quien aparentemente habitaba esa vivienda. Adentro fueron halladas 56 cápsulas y los gendarmes indicaron que el detenido se encargaba de almacenar y distribuir la sustancia.
Hace apenas siete días, en otro operativo montado en Salinas también fue detenida una persona que portaba esa droga.
Según datos oficiales, solo entre enero y junio de este año, en el país han sido incautadas 48,5 toneladas de droga de todo tipo. De ese total, 7,9 estaban destinadas para la venta menor.
De allí que el IV Estudio señala que en el 79,6% de personas encuestadas en 53 ciudades ven como “gran riesgo” el uso frecuente de la heroína. Según ese documento, la gente ve con más riesgo el consumo de marihuana, éxtasis, pasta base.
Por eso, las autoridades señalaron que una de las prioridades es contrarrestar el microtráfico e impulsaron, por ejemplo, campañas como Yo vivo mi colegio preventivo, tú decides. El Ministerio del Interior señaló que este ha sido uno de los programas “que ha dado mayores resultados” en la lucha contra la venta al menudeo.
En el inicio de este año escolar en la Sierra y Amazonía, la Policía también vigiló los exteriores de los planteles, pues la idea es evitar que las redes delictivas se acerquen a los chicos para vender alcaloides. De allí que inicialmente también se colocaron cámaras de seguridad en los planteles que tienen más de 1 000 alumnos.
Las imágenes captadas tienen un valor probatorio. Es decir, pueden convertirse en una prueba en un juicio. En el artículo 471 del Código Penal se determina que las imágenes podrán ser incorporadas en los procesos legales.
“¿Queremos acabar con la droga entre los jóvenes? Habrá que meter preso a los microtraficantes (…) He exigido que haya sanciones más fuertes para los microtraficantes”, dijo el presidente Rafael Correa. “He pedido que la tabla (de penas) sea mucho más estricta para el caso de la ‘hache’, que está destrozando a nuestros jóvenes, y la dosis mínima sea cero”.
En contexto
En los establecimientos educativos de Quito, los padres de familia también hacen vigilancia en los exteriores. La idea es evitar que las mafias vendan alcaloides a los chicos. Según el IV Estudio, los joven consiguen la droga a través de los denominados brujos.