Agentes interceptaron, hace 15 días, un camión que transportaba USD 200 000 en televisores, celulares, etc. Foto: Diego Pallero/ EL COMERCIO.
Los decomisos de aparatos tecnológicos son millonarios. Celulares, tablets, portátiles y televisores son los productos que más buscan las bandas dedicadas al contrabando que operan en la frontera norte.
Por eso, los operativos se intensificaron a partir de la depreciación del peso colombiano, lo cual ocasionó que los costos de los equipos tecnológicos y otros artículos sean inferiores para los ecuatorianos.
Este hecho hizo que aparezca un nuevo fenómeno delictivo: el surgimiento de bandas que ofrecen traer al país mercadería a bajo costo. Para eso crearon toda una estructura en redes sociales. A través de esas plataformas han levantado portales donde aseguran traer laptops y televisores desde Colombia de “forma segura”. Lo mismo sucede con los teléfonos celulares de alta gama.
Los anuncios detallan que los productos son entregados hasta cinco días después de que se realiza el pedido. Agentes de la Aduana dicen que ese tiempo se toman para viajar de las ciudades colombianas de Pasto o Ipiales hacia Ecuador.
En el caso de los celulares, los contrabandistas usan vehículos pequeños y camuflan los equipos debajo de los asientos. En esos lugares esconden hasta unos 200 teléfonos.
Pero en el caso de artículos de mayor tamaño como televisores o electrodomésticos, las redes de contrabandistas operan con camiones de carga.
Entre enero y junio de este año, el traslado de mercadería ilegal por la frontera norte subió un 20% en comparación con el mismo período del año anterior, según el Servicio de Aduanas del Ecuador (Senae).
Los cabecillas de las bandas tienen fijadas sus rutas de acceso al país. Militares que patrullan por la zona conocen que en cada pueblo colombiano tienen grupos de apoyo que permiten pasar los cargamentos ilegales a cambio de dinero.
Una vez que logran cruzar esos pasos clandestinos, los camiones son escoltados por los denominados “grupos de avanzada”. Estos no son más que vehículos que se adelantan en la carretera y comunican si hay controles de la Policía o de las Fuerzas Armadas.
Generalmente los viajes con cargamentos que superan los USD 100 000 o USD 200 000 se realizan únicamente en las noches y madrugadas.
Los agentes conocen eso, pero advierten que los dejan pasar hasta llegar a un punto seguro para detenerlos. En otras ocasiones, los arrestos se han producido en los mismos pasos clandestinos, pero han sido atacados con armas de fuego.
Así fue como se detuvo a uno de los últimos cargamentos de contrabando. Eran las 03:00 cuando el camión se detuvo junto a sus custodios en una gasolinera de Ibarra.
Sucedió hace 15 días. En ese operativo se detuvo a cuatro personas que querían llevar a Quito más de USD 200 000 en productos ilegales. Allí estaban siete televisores de entre 42 y 50 pulgadas. Los artefactos aún estaban en sus cajas y adentro aparecieron facturas de tiendas colombianas.
Toda la mercadería debía llegar a Quito. Allí se la iba a comercializar en almacenes.
Lo mismo iba a ocurrir con 77 plasmas que fueron decomisados en mayo pasado en Carchi. El año pasado se contabilizaron más de 820 televisores. Todos esos artefactos tenían como destino la capital y Guayaquil. Aunque también se conoce que las bandas tienen mercados en provincias del centro del país como Cotopaxi, Tungurahua y Riobamba.
Otros cargamentos, en cambio, son entregados a quienes los pidieron tras contactarse incluso a través de WhatsApp.
Cuando eso ocurre, los colaboradores de las bandas acuden a las casas de los interesados o les citan en puntos que no levanten sospechas. Por ejemplo, en las afueras de almacenes de electrodomésticos o de centros comerciales.
Los agentes dicen que las bandas cobran un poco más de lo que cuesta el producto en Colombia y esa es su ganancia.
En el trayecto entre Tulcán y Quito también hay puntos en los que se entrega la mercadería. Por ejemplo, uno de los sitios en donde más se decomisa televisores, laptops y celulares es en Yahuarcocha (Imbabura).
Por eso, la Policía y la Aduana han instalado operativos permanentes en ese lugar. Lo mismo en las afueras de Quito.
Es así como en los cinco primeros meses de este año, en el país se decomisaron USD 1,3 millones solo en aparatos tecnológicos, mientras que en todo el 2015 fueron 3,3 millones.
Por ahora, agentes de la PJ indagan a quienes usan la Internet para ofertar ilegalmente la tecnología. La idea es evitar el avance de estas bandas.