El presidente de la Asamblea, César Litardo, en un diálogo con las bancadas en Pleno. Foto: Archivo EL COMERCIO
Solo el membrete de las principales bancadas de la Asamblea Nacional se mantiene. A 15 meses de que termine el actual período de la Legislatura lucen debilitadas y el Pleno no termina de reconfigurarse.
La capacidad de incidencia se ha visto reducida no solo para Alianza País (AP), sino también para el movimiento Creo, que en 2017 era considerada como el principal bloque de oposición al Gobierno.
En los últimos 8 meses, ambos partidos unieron fuerzas para garantizar la operación de una mayoría en el Pleno, pero eso acabó en enero pasado.
La organización que lidera Guillermo Lasso apenas conserva poco más de la mitad (el 56%) de los 32 asambleístas de lo que hace casi tres años fue proclamada como la bancada de la Unidad por el Cambio.
El coordinador del bloque, Luis Pachala, confía en mantener la unidad del grupo hasta terminar el período. En mayo próximo se analizará un cambio en el mando del grupo.
“Queremos ser la fuerza del pueblo y no la fuerza simplemente coyuntural”, dijo.
El último en salir fue Roberto Gómez, la semana pasada. La decisión la tomó Creo, luego de una serie de desencuentros con la coordinación que fueron ventilados por el propio líder del movimiento.
Un año atrás la Asamblea destituía a Ana Galarza, de las filas de este partido, tras un proceso disciplinario. La salida de otros como Fabricio Villamar o Lourdes Cuesta, quienes marcaron sus diferencias con los lineamientos de esta bancada, fue más discreta.
Guillermo Celi, de Suma, recuerda que los primeros en romper la alianza con Creo fueron los cinco legisladores de este movimiento, en virtud de sus discrepancias con proyectos en materia económica.
Sin embargo, AP es el bloque que mayores crisis ha enfrentado. De los 72 que tenía al iniciar el período, la coordinadora del bloque, Ximena Peña, dice que se mantienen 39.
La mayor ruptura se produjo en noviembre de 2017, cuando 29 de ellos decidieron formar el grupo de la Revolución Ciudadana (RC), tras los desencuentros entre el presidente Lenín Moreno y Rafael Correa, quien le antecedió en el cargo.
A tres semanas de la convención del movimiento, prevista para el 29 de febrero, Johana Cedeño, Fausto Terán y Ana Belén Marín, advirtieron que saldrán de esta organización si no se aplican correctivos.
El presidente de la Asamblea, César Litardo (AP), apeló al diálogo para evitar nuevas deserciones. Mientras espera que sus aliados se pongan de acuerdo para designar un nuevo coordinador.
La elección debe darse luego de que Daniel Mendoza renunció a ese puesto el jueves anterior, a pedido de la bancada tras el fallido juicio político a Diana Atamaint, presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), que era impulsado por el bloque de Creo.
El bloque de AP-aliados se subdivide en 22 asambleístas de varios movimientos provinciales. Silvia Salgado y Carlos Bergman integran este grupo, pero ya no comulgan con las tesis del oficialismo.
“A nosotros nos unía un programa de Gobierno, ese programa se rompió, entonces muchas veces por eso se explica las diferentes votaciones”, dijo Salgado.
En la nómina también constan Juan Cristóbal Lloret y José Chalá, a pesar de que ellos forman parte del denominado bloque de la Revolución Ciudadana (RC), que no es reconocido legalmente.
El Bloque de Integración Nacional (BIN), en cambio, mantiene a 11 de sus 14 integrantes. Y el Partido Social Cristiano (PSC) tiene 17 legisladores.
La Ley Legislativa solo contempla la proclamación de las bancadas al inicio del período de la Asamblea y precisa, además, que los asambleístas electos por un mismo partido no podrán constituir un bloque por separado.