Fabián Melo de la Torre
En días pasados tuvimos el privilegio de asistir a la representación del ballet ‘La Bella Durmiente’, cuyos actores fueron los miembros del Ballet Ecuatoriano de Cámara, dirigidos por un experto profesional ecuatoriano, Rubén Guarderas Jijón.
Esta presentación se hizo gracias a la inquietud de los Clubes Rotarios de Quito y de los Valles. El dinero recaudado servirá para obras de servicio social. Loable labor la de los Clubes Rotarios.
Debo recalcar que la presentación fue simplemente magistral, llámense dirección, coreografía, escenografía o actitud profesional de sus actores. La presencia del público colaboró con el éxito del acto.
Estoy seguro de que la presentación tendría éxitos en cualquier escenario del mundo como París, Nueva York o Londres, por mencionar lugares donde la cultura es exquisita y de supremo nivel.
El éxito de ha pasado desapercibido para los medios de comunicación, que son los orientadores de la opinión pública. En el Ecuador sí hay cultura, pero también hay que promocionarla resaltando los valores que se construyen con esfuerzo.
Hay que resaltar la calidad de todos los actores, así como la pasión cuando actúan. La actitud humilde y silenciosa debe apoyarse y resaltarla, más aún cuando cuenta con un respaldo técnico-artístico como el que pudimos apreciar.