La interceptación de llamadas y la vigilancia sirvió para conectar tres casos, que aparentemente eran aislados, con la supuesta red que vendía municiones militares al grupo criminal de alias ‘Guacho’. Al mismo tiempo, los agentes establecieron vínculos entre los militares y civiles ahora presos.
Municiones en un bus
El primer caso se reportó en Cuenca el pasado 1 de septiembre. Ese día, la Policía halló 5 032 municiones calibre 5,56 mm escondidas en el equipaje de un abogado en libre ejercicio, quien a las 03:30 había tomado un bus desde Loja hacia Cuenca. Al llegar a la terminal azuaya, el hombre quedó detenido. La semana pasada recibió una condena de cinco años de cárcel, pero por colaborar con la justicia su sentencia fue reducida a tres años. Así consta en los archivos de la Función Judicial.
Durante la investigación, los agentes descubrieron que la madrugada del 1 de septiembre, el sospechoso se comunicó con un cabo del Ejército, que laboraba en la Compañía Logística del Comando de Apoyo Logístico de la Brigada de Infantería N° 31, en Esmeraldas.
Este soldado fue detenido en el operativo Camaleón, el 17 de octubre, junto con alias ‘Sobeida’, la supuesta cabecilla de la organización ilegal y quien tendría contacto directo con alias ‘Guacho’, según Fiscalía.
En total 13 personas, entre civiles y militares, fueron arrestadas ese día.
El rastreo de las llamadas vinculó además a otro militar que laboró durante dos años en el Comando de Apoyo Logístico de la Brigada de Infantería N° 7, en Loja.
A través de las comunicaciones se determinó que las municiones, que se usan para fusiles, salieron del rastrillo militar de Loja y fueron embarcadas en el bus interprovincial.
El detenido en Cuenca dijo que no sabía qué contenía su equipaje. Contó que “era un encargo” y que debía entregar las balas en Quito.
En la audiencia de juicio, un experto en balística examinó los cartuchos y concluyó que las balas eran blindadas, de latón militar y que tenían inscritas la palabra ‘Pin 95’, es decir eran del mismo lote.
Además indicó que las balas “se encuentran sin percutir, listas para ser utilizadas; las mismas que se hallan en buen estado de conservación”.
En Quito, el fiscal Álvaro Gaibor, de la Oficina contra la Delincuencia Organizada, donde se adelanta la investigación, citó a los 13 detenidos para que este miércoles 14 de noviembre del 2018 amplíen sus versiones. Está previsto que desde las 08:30 se inicie la diligencia en Quito. Mientras que en el Ejército está previsto que esta semana termine la revisión de todos los rastrillos.
Decomiso en Quinindé
Un segundo caso en el que la Policía decomisó armas de origen militar ocurrió en Quinindé, en Esmeraldas, el 7 de octubre. Allí se hallaron 2 500 balas calibre 9 mm en un taxi. Cuatro personas están detenidas.
En este proceso, los investigadores hallaron vínculos entre estas personas: el conductor del taxi, alias ‘Sobeida’, alias ‘Pata’, ‘Jickson’ y otros civiles arrestados.
Estos nexos también se lograron establecer mediante llamadas telefónicas.
Por el momento, el contenido de estas comunicaciones se maneja de forma reservada.
Esto ocurre, porque la Fiscalía aún recopila datos contra otros posibles integrantes de la red. Por ejemplo, aún no se han cotejado las voces.
Para el abogado Ángel Caicedo, quien defiende a uno de los militares procesados, el contenido de las llamadas no revela que su cliente haya coordinado el tráfico de municiones militares. Indicó que su defendido “simplemente trabaja como conductor” y que “por su labor tenía que comunicarse con otros uniformados”.
Operativo en Rioverde
Un tercer suceso que tiene relación con la red ilícita es el hallazgo de una pistola Pietro Beretta y una alimentadora cargada con siete balas. Ocurrió el 17 de julio en Rioverde, Esmeraldas. En el momento de la investigación, los agentes no contaban con la autorización judicial para interceptar llamadas, así que la vinculación se realizó a través de alias ‘Tarci’. Él fue detenido en ese hecho, liberado un día después, y vuelto a arrestar en octubre.
Una persona oriunda de Cali, en Colombia, y que acompaña a ‘Tarci’ fue el único sentenciado en este hecho.
En contexto
Alias ‘Guacho’ es cabecilla del grupo Óliver Sinisterra, que opera en la frontera de Ecuador y Colombia. Las autoridades le atribuyen los secuestros y asesinatos del equipo periodístico de este Diario y de una pareja de ecuatorianos, además de otros crímenes.