Redacción Cultura
¿Cómo ve la situación de la danza en el país?
Ha crecido enormemente, pienso que ha sido de gran apoyo la creación del Ministerio de Cultura, ya que los artistas requieren atención para su desarrollo como intérpretes y creadores. La danza es un arte vivo y sería maravilloso que tome el mayor desarrollo posible. Ahora, siento que hay una efervescencia en la Compañía Nacional de Danza: los intérpretes son más profesionales, tienen una línea definida y un coreógrafo joven, Jorge Alcolea.
Desde su cercanía con la pintura, ¿cómo se juntan las demás artes con la danza?
La danza es un arte muy complejo, encierra a la escultura, la pintura, el movimiento y, de una manera definitiva, la poesía. Conjugar todos esos lenguajes en un espectáculo que llegue a la gente es un reto para los coreógrafos. Ellos tienen una dramaturgia particular, pues el bailarín es la arcilla con la cual uno mueve los sentimientos, las emociones y se expresa. Es un arte muy complejo y a la vez, pasional y espiritual.
Hoja de vida
Isabel Bustos
Desde 1987 funda y dirige la Compañía DanzaTeatro Retazos. Sus espectáculos han sido representados en Francia, México, EE.UU., España, Italia.
Bustos nació en Chile, pero tiene nacionalidad ecuatoriana. Actualmente vive en Cuba, donde dirige un proyecto.En su estética, ¿cómo influye la experiencia en Retazos, y en los distintos países?
Soy el resultado de conocimientos retaceados, como el nombre del mi grupo lo indica. Cada artista tiene un sello, lo más importante en el coreógrafo es crear su propio mundo, su manera de decir las cosas. En mi caso, gracias a la posibilidad de conocer y vivir en diferentes lugares, puedo entender diferentes sensibilidades y producir este lenguaje.
¿Cuánto falta para que en el país haya escuela propia?
Aquí siempre ha habido escuela. Diferentes agrupaciones de danza tienen sus escuelas, caminan lentamente, pero avanzan. Desde Cuba hay apoyo, con técnicos y bailarines que ayudan al desarrollo de la danza en el Ecuador. Entonces, en un momento vamos a hablar de un movimiento de danza contemporánea importante, pero requiere tiempo.
En este camino, ¿festivales como el que usted dirige en Cuba son importantes?
Es importante. El que yo hago allá es un festival con 14 años de experiencia y una estructura estable, es un gran laboratorio porque se intercambian conocimientos, se teoriza, se discuten trabajos de otros artistas y la gente se impregna de emociones que al final revierten en su trabajo creativo.
Hable sobre el proceso de ‘Las lunas de Lorca’.
Es un trabajo que tengo en mi repertorio y he venido a montarlo por petición de María Luisa González. La adaptación ha sido mutua entre obra y bailarines, a su técnica, su forma, su desarrollo.