Santiago, AFP
Impedida por ley a acceder a la reelección inmediata y con una popularidad que bordea el 80%, la presidenta socialista Michelle Bachelet es igualmente figura de las elecciones chilenas, en la que todos los candidatos, incluso el favorito de derecha, Sebastián Piñera, se comprometieron a seguir su obra.
Bachelet asumió en marzo de 2006 como la primera mujer al frente del gobierno chileno y aunque en el inicio enfrentó severas críticas, que apuntaban a su falta de carácter y liderazgo, a pocos meses de dejar el poder se ha convertido en el gobernante más popular en la historia de Chile.
Esto con una paradoja: las encuestas le daban 35% de popularidad en medio de la bonanza económica del país (octubre de 2006) pero la presidenta se creció en la crisis.
Clave en el apoyo ciudadano fue su decisión de ahorrar recursos en época de ‘vacas gordas’, para luego utilizarlos en planes que ayudaron a Chile a capear la crisis económica mundial y poner en marcha una red de protección social que todos los candidatos presidenciales prometen hoy mantener.
“Lo digo con gran orgullo: voy a ser el continuador de la presidenta Bachelet”, afirmó el candidato del oficialismo, Eduardo Frei, en el segundo lugar de las preferencias y quien recibió el público respaldo de la mandataria, algo que no aumentó su intención de voto.
El disidente de izquierda Marco Enríquez-Ominami, tercero en las encuestas, se ha presentado por su parte como el verdadero continuador de su gobierno, al estimar que él encarna el mismo espíritu rebelde de Bachelet.
“Esta candidatura es, finalmente, la continuación lógica del liderazgo de la presidenta Bachelet”, afirmó Enríquez, que renunció al oficialismo para poder presentarse como independiente.
El candidato de derecha y favorito para ganar los comicios, el empresario Sebastián Piñera, no ha tenido tampoco problemas en incluir la imagen de Bachelet en la franja electoral que utilizó durante su campaña.
“Piñera ha dicho que muchas políticas de la presidenta las va a continuar. La imagen de la presidenta es patrimonio de todos los chilenos”, afirmó Rodrigo Hinzpeter, el jefe del comando del derechista, ante las críticas oficialistas por incluir a Bachelet.
Para analistas, la popularidad de Bachelet está asociada a su acertado manejo económico y su tenacidad en defender la obra social.
Bachelet definió a la protección social como el eje de su gobierno y durante su mandato estableció una pensión básica universal para los ancianos más pobres, triplicó el número de salas cunas gratuitas y estableció la entrega gratuita de un completo set de accesorios para las madres que den a luz en los hospitales públicos, entre otras medidas.
El que todos los candidatos utilicen la imagen de la mandataria es para el cientista político de la Universidad de Chile, Guillermo Holzmann, un reconocimiento implícito de que por ahora no hay modelos alternativos de gobierno en Chile.
“El hecho de que Piñera la utilice en su campaña es un reconocimiento implícito de que en Chile no hay un modelo alternativo, sino que aceptamos uno solo, de reinserción plena a la globalización. No hay derecha o izquierda”, dice Holzmann.
“Si tiene un respaldo del 80% es que hay un importante sector de derecha a favor de ella”, explica por su parte Carlos Huneeus, director del privado Centro de Estudios de la Realidad Contemporánea (CERC).