Aventura y confort en la selva de Napo
Redacción Sierra Centro
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El trinar de las aves atrae a los turistas. El sol es intenso y el aroma de las plantas invade el ambiente. Antes del atardecer, las canoas están listas para partir.
A las 17:30, el movimiento de personas se acelera en el puerto de Misahuallí, a 15 km de Tena.
Allí, Wilson Santi, un nativo de la comunidad, es uno de los 30 canoeros de la zona. Él transporta a los turistas hacia las hosterías y las comunidades indígenas que se encuentran en las riberas del río.
Conduce una canoa que tiene capacidad de movilizar hasta a 30 personas en cada viaje.
Luego de 10 minutos de navegación se llega a la Hostería Misahuallí. 50 gradas separan a las elegantes instalaciones de la orilla del imponente Napo.
Un ‘hall’ construido con madera es la entrada al restaurante. El techo es de teja. Desde ahí se ve el puerto donde los turistas se bañan junto con una docena de traviesos monos.
Los visitantes disfrutan de la tranquilidad y de la aventura. Durante el día, se realizan largas caminatas por la selva. Otros se bañan en las cascadas o se deslizan en grandes boyas por las correntosas aguas del Napo.
Jefferson Moritz llegó desde Gran Bretaña. Afirma, con un español poco entendible, que está enamorado del paisaje. “Nunca pensé encontrar y ver tantas cosas en un mismo lugar, es fantástico”.
A 20 minutos de allí, por la vía a Santa Rosa, se encuentra Aliñahui. Es una hostería con cabañas de madera, recomendada para quienes desean alejarse del bullicio de la ciudad. Está rodeada de árboles de arashá, limón, naranjilla y otros.
Las habitaciones son amplias y en el ingreso hay hamacas, desde donde se puede disfrutar del atardecer. A pocos kilómetros de ahí, está el puerto de entrada a la Casa del Suizo. Es el hotel más lujoso y grande de la zona. En el lugar, la comida es variada. El menú siempre es internacional.
Javier Alconsena visita Tena, por lo menos, tres veces al año. Él vive en Ambato. Es su sitio preferido, porque sus hijos pueden nadar, jugar y caminar por la selva. “Me encanta recorrer el bosque de Misicocha. Los monos se pasan frente a uno. Es grandioso y único para divertirse”.
Continuando por la vía a Santa Rosa se llega a Puerto Barranquilla. Desde allí se parte por el río Arajuno a Liana Lodge.
La infraestructura se levantó con materiales propios de la zona. La comida típica es la principal oferta para el turista. El contacto con los animales es un atractivo.
Cómo llegar
La distancia desde Quito a Tena es de 182 km (tres horas de viaje). La carretera está en buen estado.
La temperatura alcanza hasta los 35°C. Hay que llevar ropa delgada. No olvide las botas de caucho para las caminatas.
Se recomienda el uso de repelente y bloqueador . Lleve cámara de fotos.
En el Centro de Tena hay 12 operadoras y agencias turísticas que promocionan los tours de aventura y descanso en la selva.
Se pueden visitar las comunidades indígenas donde se realizan actos ancestrales. El centro de rescate de animales Amazónico y el museo de Chichico
Rumi, cerca de Jatun Sacha.
Los precios
En la hostería Misahuallí, el hospedaje por persona en una cabaña cuesta USD 47 y en una suite, 57, sin impuestos. Un almuerzo cuesta USD 13.
En las Cabañas Aliñahui, una habitación simple para extranjeros cuesta USD 50 y para los nacionales, USD 40 por persona. Incluye las tres comidas e impuestos.
En la Casa del Suizo, el costo de la habitación es de USD 79 por persona. Incluye las tres comidas del día que se sirven en bufé, más impuestos.
En Liana Lodge la noche cuesta USD 24 más impuestos. La cena y el almuerzo cuestan USD 16 y el desayuno, USD 9. Para hospedarse en estos sitios debe hacer la respectiva reservación. Suele estar lleno.