A Ramiro González, el presidente Rafael Correa lo señaló como alguien que tiene objetivos electorales. El líder de Avanza no lo negó. Y no lo ha hecho ni siquiera cuando era funcionario del Gobierno y parte de Unidos, la alianza izquierdista que apoya al Régimen. Antes de su salida del Ministerio de Industrias, en abril de este año, cuando Carondelet decidió quitar el 40% del aporte estatal al fondo de pensiones, dijo que esperaba el desenlace de las enmiendas y saber si Correa decidía ir a la re-reelección. De no hacerlo, él disputaría la Presidencia.
Ahora, distante del oficialismo, la propuesta de llevar candidatos propios a las elecciones del 2017, es la opción en que trabaja Avanza seis días de la semana. El itinerario está definido. Entre noviembre y diciembre, tienen programado elegir las directivas de las 770 parroquias del país. La idea es acaparar todos los espacios a donde pueda llegar la visión de Avanza. “Lo que nos interesa es formar un partido sólido e ideológico, que esté preparado para cualquier cosa. Si pasan las reformas (a la Constitución), hay que enfrentar el toro…”, afirma González, el máximo líder de la agrupación.
En las elecciones del 2013 sorprendió con cinco asambleísta; en las seccionales del 2014, se convirtió en la segunda fuerza política del país. Consiguió 36 alcaldías (AP logró 68 y Pachakutik, 23). Actualmente cuentan con 480 000 afiliados a nivel nacional. Esa cifra viene de cantones y capitales de provincias, justamente a donde irá la cúpula para conformar la dirigencia desde enero del 2015. Por ahora, González conversa en medios de comunicación y recorre ciudades y parroquias.
Avanza tiene una visión intermedia sobre temas que otros partidos de oposición cuestionan al Gobierno. Si hay una palabra que reitera González en sus entrevistas, es “corregir”. El exdirector del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) lo plantea al Gobierno rectificar decisiones que han generado malestar, como los proyectos de leyes de herencias, plusvalía, y las enmiendas, como lo dijo el martes en el debate televisivo.
El legislador Byron Pacheco representa a Avanza en Cañar donde organiza talleres y explica el contenido de los proyectos de leyes que están en debate. El objetivo es que los militantes sean activos, conozcan de política nacional y sepan los motivos por los que Avanza se opone a varias propuestas del oficialismo sin que se descarte votar a favor de ciertas políticas del Ejecutivo que consideran necesarias, como ocurrió con la Ley de Prevención de Drogas.
Pero en las filas de Avanza, la reelección indefinida es un tema que inquieta. “Hemos sido muy claros. No estamos de acuerdo con esa reelección, tampoco que les quiten a los trabajadores las utilidades, ni que se reduzca a 30 años la edad para ser presidente de la República”, describe González.
Sobre la posibilidad de un diálogo para restar distancias con el Gobierno, Avanza tiene claro que “desgastará ese recurso hasta el final”. Hace dos meses, presentaron un escrito con 16 propuestas de debate nacional en el que convocaban a conversar con el Gobierno.
La respuesta que obtuvo de Carondelet fue que la Secretaría de la Política se comunicará con la directiva. Hasta ahora, dice González, está esperando la respuesta. Entonces, la alternativa de Avanza será trabajar con sectores políticos y sociales afines a su ideología socialdemócrata.
“Ni con la extrema derecha ni la extrema izquierda”, advierte el líder de este Partido, que ocupa el casillero 8 en las papeletas electorales.
Vigilantes de las próximas elecciones, la organización planteará un control para optimizar la transparencia en la función electoral. Sin embargo, Avanza no estuvo en el pacto ético que firmaron 10 organizaciones políticas de diverso espectro ideológico.
Para el primer trimestre del 2015, Avanza estructurará un plan de gobierno con participación social. La tarea convocará a empresariales, comités barriales, y juventudes. Buscan, como dicen al interior, armar un partido socialdemócrata “supermoderno”, donde las redes sociales juegan un rol protagónico.