El lunes se realizó un operativo de control en Urdesa. En este sector residencial fue asesinado un empresario. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO
Los familiares de Bernardo Avecillas ahora atienden su local de comidas en Urdesa. Él, propietario del negocio, oriundo de Azuay, falleció al recibir un disparo por intentar impedir un asalto a sus clientes, a las 22:45 del lunes 2 de octubre del 2017.
La Policía ofrece una recompensa de USD 5 000 a quien proporcione datos sobre Elvis P., quien presuntamente estaría implicado en el crimen. El sospechoso registra antecedentes penales y fue incluido en la lista de los más buscados en la provincia del Guayas.
Desde entonces, los moradores del sector y sus visitantes permanecen alarmados. El alcalde Jaime Nebot también reaccionó por los últimos casos delictivos en la urbe. En una entrevista con diario Expreso dijo que en la ciudad “hay una pandemia delincuencial, alcahueteada por las leyes prodelincuenciales”.
Condenó que los criminales con antecedentes salgan en libertad en ocasiones. Con él coincide Marcelo Tobar, comandante de la Policía de la Zona 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón). Refirió que debe reformarse el artículo 635 del Código Orgánico Integral Penal, que establece un proceso abreviado para las infracciones con pena máxima privativa de libertad de hasta 10 años.
“En un robo donde la pena mínima es cinco años, se reduce un tercio de la pena. Si el delito es perpetrado con agravantes, no cabe que se quede preso únicamente 20 meses”, dijo Tobar.
Explicó que pese al asesinato de Avecillas, Urdesa no está entre los sitios más inseguros. Pero su actividad comercial aumenta el riesgo de asaltos.
Según la Fiscalía, en la ciudad se presentaron 15 481 denuncias por el delito de robo entre los meses de enero y septiembre del 2017. En el mismo período, en el año 2016, hubo 15 652 denuncias del mismo tipo penal. Aunque hay una reducción de casos, el hurto es un delito recurrente. Tobar informó que la mitad de los delitos cometidos en Guayaquil corresponde a robos.
Pedro tiene su negocio a pocos metros de donde fue asesinado el azuayo. Describió la zona como insegura, pues su local ha sido asaltado en dos ocasiones.
“A plena luz del día nos han robado aquí con armas”, contó. Instaló cámaras de seguridad, pero se dañaron luego del terremoto del 16 de abril del 2016.
Allí se realizó un operativo de control el lunes, desde las 07:00. Se hicieron requisas aleatorias a los vehículos, motocicletas y buses urbanos.
Henry fue uno de los pasajeros de la línea 6, a quienes se les realizó un cacheo. Hizo una recomendación a las autoridades. “Deberían también hacer operativos en zonas alejadas”.
Hay otros sectores de la urbe considerados conflictivos.
El circuito Garay 4, perteneciente al barrio del mismo nombre, es uno de los sectores con alzas delincuenciales. Vannesa es dueña de un ciber en ese sector. Hace dos años, en ese sitio perdió a su padre. “Entraron a robar, lo encontraron y lo mataron”, contó. Uno de sus vecinos dijo que el barrio es como todos los demás, “en temporadas aumentan los delitos y otras bajan”.
En la ciudad hubo muertes en los últimos días. Ayer (17 de octubre), una mujer fue encontrada sin vida en una picantería ubicada en el kilómetro 27 de la vía a Daule, en el norte de la urbe. Se presume que habría sido golpeada antes de su deceso. Mientras, el jueves anterior dos hombres fueron asesinados dentro de un vehículo en la Cooperativa Carlos Guevara Moreno, en Fertisa.
Para reforzar la seguridad en el Puerto Principal, a finales de este mes llegarán 500 nuevos policías. Además, se implementará un nuevo proyecto: Policía Turística.
El 7 de octubre del 2017, en las cercanías del Malecón 2000, uno de los sitios más turísticos de Guayaquil, tres personas robaron a una mujer que se encontraba en el interior de un vehículo.
El hecho fue captado en un video que rápidamente se difundió en las redes sociales.
Al día siguiente, la Policía Nacional informó sobre la captura de dos de los tres sospechosos, junto con otros cinco presuntos integrantes de la misma banda de atracadores.
Los sospechosos fueron interceptados en una vivienda ubicada en las calles Manuel Galecio y Lorenzo de Garaycoa.