En el sector Ipiales de Quito, la Importadora Núñez decidió asumir los dos puntos de subida del IVA, para lograr atraer a los clientes tras el incremento. Foto: Galo Paguay/ EL COMERCIO
Entre los administradores y propietarios de locales comerciales hay preocupación por el incremento al 14% del Impuesto de Valor Agregado (IVA). La medida rige desde este miércoles, 1 de junio del 2016 y fue implementada para las obras de reconstrucción tras el terremoto del pasado 16 de abril.
Las escenas son comunes en los almacenes. Los clientes observan los productos comparan precios para ver cuánto se ha incrementado el valor. Martín Montesdeoca, administrador de Importadora Núñez, local que comercializa bisutería, cosméticos y artículos para bazar, en el Centro Histórico de Quito, manifestó que las ventas ya disminuyeron antes del incremento al IVA.
“No hemos contabilizado las ventas tras el incremento del impuesto porque recién vamos en el segundo día, pero sí vemos que la gente ahora revisa los precios, preguntan cuánto costaba antes y cuánto ahora”, manifestó.
Para evitar la pérdida de clientes, la Importadora Núñez asumirá el 2% del incremento del IVA. “La idea es que la gente mire que nosotros asumimos ese porcentaje. Es una estrategia nuestra, pero estudiamos cómo está el mercado. Si se mantiene el nivel de ventas y se puede compensar ese 2%, lo mantendremos. Pero, si la medida no nos ayuda tendremos que cobrar el 14% a los usuarios”.
En otros locales el panorama es similar. Sara Herrera es propietaria del almacén Crédito Rápido, ubicado en la Olmedo y García Moreno, que comercializa electrodomésticos desde hace 20 años. Cuenta que desde hace un año bajaron las ventas y está preocupada porque, con el incremento al IVA, estas podrían reducirse aún más. De las pocas personas que ingresan a su local, lo primero que hacen es preguntar cuánto ha subido determinado aparato. En su caso, solamente se limitan a averiguar costos; muy pocos compran.
“La gente prefiere irse a Colombia y ni siquiera quieren comprar a crédito aquí. Antes vendíamos un promedio 10 electrodomésticos mensuales, pero ahora unos tres o cuatro”, contó. No descarta cerrar su local por falta de dinero. Teme quedarse sin recursos para pagar a sus empleados y el arriendo del local que alquila en el centro de Quito.
En otros espacios, como los centros comerciales, la gente poco a poco se está acostumbrando a pagar con incremento determinados productos. Mayra Cascante estuvo el lunes por la noche en el supermercado Santa María, ubicado en el sector de Iñaquito. Aprovechando el fin de mes, acudió a comprar los víveres para su casa, son una familia de cuatro personas.
Ella cuenta que, a los tiempos, se puso a ver en la factura cuánto costaba producto por producto. Con un esferográfico, marcaba los que más costaban. “No queda más. Se supone que debemos colaborar con las víctimas del terremoto”. Lo que hará es reducir el consumo de productos que ella considera que pueden afectar su economía.
En otros casos se incrementaron los precios de la materia prima por lo del IVA. Luis Llanos elabora calzado formal y los comercializa en su pequeño almacén. “Por los impuestos, los materiales han subido de costo de forma constante. Como artesanos, no cobramos IVA. Declaramos en cero cada seis meses”.