Una nueva audiencia será necesaria para resolver el caso conocido como valija diplomática. Esto debido al dictamen mixto del fiscal Iván Ron, de la Unidad de Delincuencia Organizada.
El investigador acusó, este jueves 18 de febrero del 2016, a tres sospechosos de haber enviado droga líquida a través de valija diplomática. Ellos son Gerardo M., María Fernanda L. y Gabriel R. Mientras que por “falta de evidencias” se abstuvo de imputar a Vidal C.
Lo que dice la Ley
Según Código Orgánico Integral Penal, cuando existen dictámenes mixtos, el expediente debe ser enviado a un fiscal superior, en este caso al Fiscal Provincial de Pichincha.
Él debe analizar los cargos y pruebas que presentó Ron para acusar a cada uno de los procesados y también la supuesta falta de evidencias contra uno de ellos.
Luego, el proceso se devuelve al mismo juez que escuchó hoy la audiencia preparatoria de juicio y la autoridad debe determinar una nueva fecha para resolver si llama o no a juicio a los sospechosos.
Todo este trámite debe resolverse hasta el próximo 7 de mayo, día que caduca el año de prisión preventiva.
Sobre esto el COIP es claro: “La orden de prisión preventiva caducará y quedará sin efecto si se exceden los plazos señalados (un año de cárcel), por lo que el juzgador ordenará la inmediata libertad de la persona procesada”. Así lo señala el artículo 541.
El comienzo
Este caso se inició en enero del 2012, cuando la Policía de Milán, en Italia, decomisó cocaína líquida en el interior de una valija diplomática que debía llegar al Consulado de Ecuador en Milán.
En ese año, el país europeo llevó a juicio a cinco personas y en Ecuador se abrió una investigación. Tres años después, en mayo del 2015, tres ecuatorianos fueron detenidos y se les presentó cargos en su contra por narcotráfico.
La principal prueba que presentó la Fiscalía fueron un análisis de las llamadas entre el presunto líder de la supuesta organización delictiva, detenido en Italia, con los tres ecuatorianos ahora detenidos. Esa relación de llamadas ayudó a localizar a un hombre llamado Julián Gabriel P., que más tarde la policía local supo en se trataba de un nombre falso y que en realidad se llamaba Gerardo M.