En un nuevo ataque contra los medios de comunicación que no le son afines, este fin de semana el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, ordenó el cierre de RCTV Internacional y otros cinco canales por cable, con el argumento de que no difundieron mensajes del Jefe de Estado y, por tanto, incumplieron la Ley.
Voceros y partidarios chavistas argumentan que la sanción es legítima porque las estaciones violaron las disposiciones gubernamentales, pero catedráticos, expertos y periodistas independientes aseguran que esta nueva decisión de Hugo Chávez es una escalada contra la libertad de expresión y forma parte de un proyecto de largo alcance para controlar las noticias desde los medios gobiernistas y de esa manera desinformar a la sociedad.
Cerca del 80% de la población venezolana accede a las noticias únicamente por televisión y no a través de periódicos o radios. El chavismo lo sabe y por eso para el Gobierno una de las prioridades es el control del aparato mediático televisivo nacional.
Con la segunda clausura consecutiva de RCTV, canal considerado “opositor” al Régimen, solamente queda una televisora independiente, Globovisión, mientras que el Régimen aumenta cada vez más el número de canales a su favor, lo cual impacta directamente sobre la capacidad de la población para tomar decisiones.
La medida llega en un momento de crisis y a pocos meses de que el Régimen y la oposición emprendan el camino hacia unas decisivas elecciones parlamentarias en septiembre de este año, las cuales podrían marcar la reafirmación del proyecto chavista o el principio del fin de un proyecto que luego de una década en el poder no ha logrado consolidar un modelo supuestamente alternativo.