Más de 50 civiles murieron y al menos 65 resultaron heridos en un bombardeo de la Fuerza Aérea afgana contra una presunta reunión de extremistas talibanes en una escuela coránica en la provincia de Kunduz, en el norte de Afganistán, aseguró este martes, 3 de abril del 2018, un líder tribal del distrito afectado, Hadyi Mohamed Naim.
Tras el ataque, que se produjo el lunes, 2 de abril, Naim se acercó a la escuela y vio muchos niños muertos y solamente cuatro combatientes talibanes.
También el canal Tolo TV informó que hubo 50 civiles muertos. El director del Ministerio de Salud de la provincia, Abdul Matin Atifi, indicó que únicamente 30 de los heridos consiguieron llegar hasta el gran hospital en la capital de la provincia.
Más de un tercio de estos pacientes son niños, afirmó. La ONUindicó en Twitter que ha iniciado una investigación.
Según Naim, dos helicópteros militares dispararon el lunes ocho misiles contra una multitud que se había congregado alrededor de la escuela para celebrar una fiesta con comida. “Fue desgarrador”, dijo el líder tribal. “La gente gritaba y corría. Por todas partes había cadáveres y heridos, humo y polvo. Fue como una pesadilla”.
Sin embargo, el Ejército volvió a negar hoy las informaciones sobre víctimas civiles. El portavoz de la XX División Pamir en Kunduz, Ghulam Hasrat Karimi, aseguró que el ataque estuvo dirigido contra una importante reunión de talibanes procedentes de varias provincias afganas con miembros de un grupo dirigente de Pakistán.
Los talibanes estaban planeando su ofensiva de primavera, dijo Karimi, y añadió que 20 milicianos murieron y más de 30 resultaron heridos. Un oficial de Policía del distrito incluso habló de 84 talibanes muertos o heridos.
El acceso al distrito, controlado ampliamente por los talibanes, es muy difícil. Sin embargo, en un gesto muy poco habitual el portavoz de los islamistas Zabiullah Mujahid ofreció hoy acceso libre a los periodistas.
Las fuerzas aéreas de Afganistán y Estados Unidos han incrementado sus ataques contra posiciones de los talibanes desde que el presidente estadounidense, Donald Trump, anunciara en octubre una estrategia más agresiva en Afganistán.
A la par con el aumento de los ataques aéreos también se ha incrementado el número de civiles muertos. Según datos de la ONU, en 2017 murieron o resultaron heridos en ataques aéreos más de 630 civiles, lo que supone el seis por ciento de todas las víctimas civiles.
La Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) informó entre tanto que en lo que va de año más de 54 000 personas han abandonado sus casas huyendo de los combates. Según OCHA, tan solo durante la semana pasada fueron desplazadas casi 12.000 personas.
La ONU advirtió de que los desplazados internos forman parte de los “grupos más vulnerables” de la población afgana. El año pasado, la ONU había registrado unos 450 000 desplazados internos y en 2016 más de 660 000. La organización mundial estimó a principios de año que unos 900 000 afganos viven actualmente en “condiciones infrahumanas” en campamentos.