El asesinato de las Poppe sigue sin aclararse

Redacción Guayaquil

Nuevas inconsistencias aparecieron en la investigación de los asesinatos de Sonia Jaramillo y de su hija Claudia Poppe, ocurridos el pasado 14 de septiembre en Lomas de Urdesa (norte de Guayaquil). Los dos detenidos negaron su participación en el doble crimen y denunciaron torturas para mantener la versión policial que los involucró en el delito.

Las dudas surgieron tras conocer los resultados de la evaluación psicológica que les hizo el perito de la Fiscalía, José Rodríguez, a los implicados Carlos S.A., conocido como ‘Tierrita’, y a Eduardo A.C. Ambos fueron presentados inicialmente por la Policía como los autores confesos de las muertes de las dos mujeres. Pero, un día después la Policía cambió su versión. Dijo que el asesino fue solo ‘Tierrita’. 

Ahora, durante la entrevista con el psicólogo los detenidos reconocieron que roban en domicilios escalando las paredes, pero que nunca han asesinado o violado a sus víctimas.

Carlos S.A. dijo que fue torturado para admitirlo. Añadió que el día de los hechos estuvo en su casa con su esposa. “Los agentes que lo detuvieron lo encerraron en la morgue por ocho horas para que declarara”, señala el documento.

Rodríguez manifestó que este detenido se queja “de dolor costal bilateral aduciendo que constantemente es maltratado por la Policía para que mantenga su declaración”.

Eduardo A.C. dijo que se lo obligó a aceptar los cargos en cuestión mediante la tortura. También, que fue encerrado en la morgue para que declarara. Según el especialista, este implicado tiene señales de lesiones en la región lumbar y en el oído derecho supuestamente por golpes que le habría dado un policía.

Edmundo Mera, jefe de la Policía Judicial, defendió las investigaciones y afirmó que las pruebas son incriminatorias.

Wilson Alulema, jefe del Cuarto Distrito, negó que se haya maltratado a los detenidos. “No se ve tan profesional la actitud del psiquiatra que da su versión diciendo que se han retractado cuando los psiquiatras lo que deben ver es el estado mental del detenido...”, cuestionó el oficial.  Afirmó que hay interesados en “crear dudas en este caso”, pero no identificó de quién o de dónde viene ese supuesto interés.

Jorge Blum, fiscal que investiga el delito, afirmó que se debe complementar los resultados de la evaluación psicológica con las demás evidencias recopiladas en las investigaciones y en la escena del doble crimen. Entre ellas están las huellas dactilares y la sangre que analiza Criminalística.

Max Poppe Fabre aseguró, en su declaración en la Fiscalía, que su familia no mantenía ningún problema con su media hermana Claudia por la herencia que dejó su padre Maximilian Poppe Hoffmann. “Nosotros iniciamos un juicio de inventario hace años para establecer cuáles eran los bienes de mi padre y así poder saber a qué bienes cada uno tenía derecho”, aclaró Poppe Fabre.

Indicó que el juicio quedó abandonado porque Constantin Von Campe Witte se negó a comparecer al Juzgado para confirmar el traspaso que le habría hecho su progenitor de las acciones de cinco de sus compañías.

Norma Jaramillo, hermana y tía de las fallecidas, le contó a Blum un día antes que los Poppe Fabre le hacían problemas a Sonia y decían que no reconocerían a Claudia como su media hermana. Ella cree que hay alguien más detrás de los supuestos autores de las muertes que están detenidos.

“No dudo en que el presunto asesino haya realizado el crimen, lo que sí quisiera es que se investigue por qué eligió ese departamento sin saber con lo que se iba a encontrar”, indicó Jaramillo.

El fiscal Blum manifestó que generalmente los implicados en delitos se retractan en sus declaraciones, pero afirmó que sí son imputables de acuerdo a la evaluación psicológica realizada.

La prueba denominada luminol que realizó Criminalística permitió encontrar rastros de sangre en el calzado de Carlos S.A. Una prueba de ADN se realizará para determinar si esa sangre era de las víctimas. 

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