En la mañana del 10 de enero de 1978, el periodista y político opositor de la familia Somoza, Pedro Joaquín Chamorro, fue asesinado a tiros en pleno corazón de Managua.
Había salido de su casa, en el Reparto Las Palmas, en un automóvil Saab sueco, color café, hacia el diario La Prensa. A las 08:15 un auto Toyota Corona, color verde oscuro, que lo iba siguiendo, se le cruza a su vehículo, chocándolo y uno de los asesinos (Silvio Peña) le disparó tres tiros de escopeta calibre 12 mm en el rostro. Chamorro murió poco después cuando era llevado al Hospital Oriental.
Su hijo mayor, Pedro Joaquín y administrador de La Prensa, reveló que su padre había recibido amenazas de muerte. “Recibía frecuentemente amenazas de muerte por teléfono pero nunca les dio importancia, siempre andaba solo y desarmado”.
El crimen del periodista provocó la condena de la oposición al régimen dictatorial de Anastasio Somoza Debayle y estallaron brotes de violencia contra la Guardia Nacional (GN) y las propiedades de la familia gobernante. Ese mismo día, La Prensa salió por la tarde con los titulares: Mandaron a asesinarlo, Mártir de Nicaragua y de sus libertades públicas es asesinado.
Su viuda, Violeta Barrios, más adelante sería miembro de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional (1979 y 1980) y Presidenta de Nicaragua de 1990 a 1997.
Chamorro había sido por largo tiempo jefe de la oposición de la dinastía Somoza. Cuando aún era un estudiante de leyes, comenzó a tomar parte en demostraciones contra el general Anastasio Somoza García y fue brevemente encarcelado en 1944.
Ese mismo año, el diario La Prensa fue censurado por el régimen, y la familia Chamorro se fue a México, donde estudió periodismo. Regresó a Nicaragua en 1948, convirtiéndose en editor de La Prensa después de la muerte de su padre en 1952.
En 1954 fue encarcelado, torturado y sentenciado a prisión bajo el cargo de rebelión. Chamorro fue arrestado de nuevo en 1956.
El triunfo del sandinismo
El asesinato de Pedro Joaquín Chamorro desató la insurrección del pueblo nicaragüense, el cual apoyó al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) hasta el derrocamiento de la dictadura de Anastasio Somoza el 19 de julio de 1979 y el triunfo de la Revolución Sandinista ese mismo día.
Luego del asesinato de Chamorro, aproximadamente 30000 personas se amotinaron en las calles de Managua. Se incendiaron carros y algunos edificios pertenecientes a la familia Somoza fueron atacados. Se llamó a una huelga general. Fuera de la capital, el desasosiego enardeció en varias ciudades y pueblos, particularmente en las áreas donde los miembros de la Guardia Nacional habían masacrado a granjeros y campesinos durante los dos años de esfuerzo contrainsurgente.